Nueva aventura que no cuenta ni con el guionista no con el dibujante habituales de la obra. Esta vez el relevo lo tiene dos desconocidos autores que ya han publicado algún volumen protagonizado por estos famosísimos galos. La historia es buena y recuerda a las primeras aventuras de Astérix, esas en las que visitaban diferentes países como España o Egipto. En esta ocasión Astérix y Obélix recorren toda Italia en una carrera de cuadrigas con guiños a la cultura Italiana como La Mona Lisa o los canales de Venecia. Gustará a los fans de estas aventuras, está lleno de humor y personajes interesantes.

– GUSTARÁ: A todos los irreductibles lectores que desde 1980 y de la mano de la editorial Grijalbo con la presentación de “Astérix El Galo” en nuestras estanterías, estamos locos por este grupo de rebeldes con causa que viven en una extraña comunidad con el Imperio Romano. Tantas aventuras y tantas marmitas de poción y golpes después, siguen brindándonos los mejores momentos humorísticos. – NO GUSTARÁ: A los no aficionados a estos personajes. Les dejaremos atados un buen rato como a Asurancetúrix. – RESEÑA: Hace 38 años se publicó en España el primer cómic de Astérix “Astérix El Galo” (cómic de Astérix y Obélix habría que matizar. Que no se nos enfade el afable gordinflón, ya que aunque es injustamente apartado de los títulos principales, aporta tanto o más cómo el personaje principal). Para que esta reseña fuera justa tendría que ser bastante voluminosa, pero por falta de tiempo, tendremos que dejar para otro momento una mayor disección del que es seguramente uno de los mejores cómics europeos de la historia (lo siento Tintín, nunca entendí tus andanzas). Los creadores originales de estas aventuras fueron el equipo formado por René Goscinny y Albert Uderzo. Tras la muerte del primero en 1977 dejaron de trabajar a cuatro manos. “Astérix en Bélgica” (1979) sería su última colaboración. Hasta aquí nos habían transportado al año 50 a.c. con el Imperio Romano en su máximo esplendor y Julio César con un pequeño problema en la conquista de las Galias. Muchos de sus álbumes son imposibles de olvidar. Podríamos citar varios, pero la lista sería casi tan larga como los 26 álbumes que publicaron juntos. Con los irreductibles galos de pequeños aprendimos: geografía, política, burocracia, economía, estrategia militar, gastronomía, ecología, medicina, y grandes dosis de inventiva y engaños de parte de galos y romanos para hacerse mutuamente la vida imposible. Si algo define a los cómics de Astérix es el ingenio para “sacar las castañas del fuego” en los momentos más complicados. Hay un momento para los “golpes”, pero siempre nos han enseñado que la mejor manera de resolver los conflictos es mediante la estrategia, la astucia y el parlamentarismo. (Aunque Obélix a veces se ciña a resolver las situaciones a mamporros, bajo consulta siempre a su fiel amigo Astérix.) Otro de los grandes aspectos que han hecho tener continuidad a esta serie desde hace casi 40 años son los personajes secundarios. Podríamos nombrar decenas, pero una vez más la lista sería interminable. A destacar todos los que piden ayuda a la ya famosa aldea gala con su secreta poción mágica, así como los enviados por el César para intentar acabar con el último reducto de rebeldes en la Galia. Hemos aprendido tanto de ellos y esperamos seguir haciéndolo. “Astérix en Italia” es la tercera colaboración de Ferri y Conrad tras los flojos últimos álbumes de Uderzo en solitario. Declive que se acentuó en los años noventa con la publicación de “Astérix, la rosa y la espada” en 1991. Aquí veíamos a un buen dibujante, pero con falta de ideas frescas para continuar con la saga. Fue entonces a partir de 2013 cuando Ferri y Conrad se pusieron prestos a relanzar este icono europeo con “Astérix y los pictos” (2013) y posteriormente con el soberbio “El papiro del César” (2015). Los seguidores agradecemos que se haya respetado tanto el espíritu de Goscinny en los guiones como el brioso lápiz de Uderzo en los dibujos. Astérix en Italia se consagra como un paso más hacia muchas aventuras que tendrán que venir. El álbum número 37 ya está en la estantería junto con sus 36 hermanos de batallas. A veces, de noche, cuando la ciudad duerme, creo escuchar un entrechocar de puños y armaduras romanas frente al campamento de Petibonum. Con los primeros rayos del alba siempre me parece que queda en el ambiente de mi biblioteca un ligero aroma a jabalí asado… entonces pienso que la noche les ha debido de ir bien. Por Tutatis. Por Belenos. Por favor.