Qué delicia. He intentado alargar el libro lo máximo posible leyendo solo un capítulo al día y aún así me ha sabido a poco. Es un libro para degustar lentamente, para pararte en cada detalle, para leer y releer. Es mi primera obra de la autora, donde relata sus vivencias en Nelson (Nueva Inglaterra) desde que decide instalarse allí tras comprar una casa en la década de los 50. Nos va describiendo la reforma de la casa, la mudanza, los vecinos del pueblo, las visitas de amigos que recibe, los distintos obstáculos que se va encontrando con el paso de cada estación, el jardín, los animales.... Pero además también hace reflexiones sobre su familia, su trabajo, el paso del tiempo, la soledad.... Me ha parecido una maravilla en general, pero es que hay ciertos capítulos y fragmentos que enamoran. Cada vez me entusiasma más la literatura costumbrista, rural, estacional.... Encantada de que este libro me haya acompañado los primeros días de la primavera. "A partir de mayo, estoy deseando levantarme para ver lo que ha ocurrido desde la noche a la mañana, porque uno de los goces de un jardín es que siempre le está sucediendo algo; no es estático, nunca un día entero. Salgo a las seis y media, o a veces antes, todavía en pijama y abrigada, para echar un vistazo antes de desayunar."
hace 2 años