La Ribera, hogar de carteristas y prostitutas, es el barrio bajo de una ciudad sin nombre dominada por el Consejo de los Lores. Allí acuden los aristócratas de incógnito, abandonando sus suntuosas mansiones en la Colina, para contratar a los implacables espadachines que se baten por ellos en los duelos, una forma sofisticada de asesinato legal que sirve tanto para satisfacer el orgullo herido como para eliminar a un oponente político. Richard de Vier, que no puede desenvainar su espada sin derramar sangre, es el mejor espadachín de su época, y sus servicios son muy cotizados entre los poderosos. Pero al negarse a aceptar el encargo de un noble influyente, se convierte en objeto de sus intrigas, lo que amenaza con poner un súbito final a su brillante carrera.