La última batida del gobierno cubano contra la libertad de sus ciudadanos, el 20 de marzo de 2003, acabó en condenas para 74 cubanos y una cubana. Entre los hombres, un escritor excepcional, Raúl Rivero, acusado de Actos contra la Integridad Territorial del Estado por su denuncia sistemática, desde la prensa independiente, de los estragos y el inmovilismo del régimen castrista.Sin pan y sin palabras constituye una auténtica primicia mundial, que expresa ante todo, como escribe Eliseo Alberto en el prólogo, un profundo, casi enfermizo, amor por Cuba. Un clamor contra el panorama desolador de la verdadera realidad cubana y a favor de todas aquellas voces que malviven en la difusa frontera entre legalidad e ilegalidad y que aspiran a un futuro en libertad.Incluimos en forma de apéndice el Encausamiento de la fiscalía contra Raúl Rivero, uno de los documentos más ignominiosos y subversivos de la historia cubana reciente. Un caso que ha provocado un amplio rechazo entre escritores e intelectuales y ha desatado una agria polémica entre políticos.