Las letras francesas se rinden hoy ante Marcel Proust cuando se cumple un siglo de la aparición de «Por el camino de Swann«, un manuscrito inicialmente rechazado que abre «En busca del tiempo perdido«, una obra monumental que se convirtió en uno de los textos literarios más influyentes del siglo XX.
Hace exactamente cien años llegaba a las librerías francesas el primer tomo de esa excelsa y suntuosa obra de siete volúmenes y casi cuatro mil páginas que el propio Proust comparó con la estructura de una catedral gótica.
El literato escribió «Por el camino de Swann» tras la muerte de sus padres, mientras su delicada salud se deterioraba por el asma y la depresión y encerrado en una habitación forrada de corcho en el número 102 del bulevar Haussmann de París, donde permaneció voluntariamente recluido del mundo durante quince años.