“Me llamo Boy 21. Soy un prototipo enviado a vuestro planeta para recopilar información sobre lo que vosotros los terrícolas llamáis emociones”.
Es la carta de presentación del personaje de un libro que conseguirá enganchar a la lectura a jóvenes y adultos por igual con el baloncesto como telón de fondo. En la historia no hay nada casual. La disciplina del deporte, el humor que despiertan determinadas situaciones y una amistad que se va forjando poco a poco son los factores clave para que el libro permanezca en nuestra memoria como un bálsamo.