La Semana Negra de Gijón ha puesto hoy el punto final a diez días de fiesta y cultura en una ceremonia de clausura a la que, por primera vez en 25 años, no han asistido autoridades de los gobiernos local y regional.
Los directores de festival, Ángel de la Calle (de contenidos) y José Luis Paraja (de organización), han destacado el apoyo de la gente a un evento que cada año finaliza con incertidumbre sobre su continuidad.
Por segundo año consecutivo el recinto se ha ubicado junto al mar Cantábrico en los diques de un antiguo astillero, aunque esa localización ha sido recurrida por vecinos que han presentado una querella por ruidos molestos.
«Pese a los detractores, seguimos adelante mientras el público nos apoye porque es la gente la que vota por la Semana Negra con sus pies caminando por el recinto», ha dicho Paraja.
Varios cientos de miles de visitantes han recorrido las instalaciones durante las 10 jornadas en las que se han realizado diversas actividades culturales con la participación de unos 150 autores de distintos géneros.
El expresidente de Asturias Vicente Álvarez Areces ha sido la única personalidad de la política que ha pronunciado un discurso en el acto de clausura y lo hizo en calidad de «fundador» de la Asociación Semana Negra.
Álvarez Areces ha dicho que desde sus inicios en 1988 el festival tuvo «detractores» pero «sobrevivió por la gente que lo ha apoyado porque ha entendido que es un espacio de libertad».
«Gijón tiene que sentirse orgullosa de la Semana Negra porque le ha dado mucho a la ciudad», ha afirmado.
En declaraciones a Efe, el ex director Paco Ignacio Taibo ha dicho que si Gijón se ha constituido como sede del festival ha sido «gracias a Tini» (Alvarez Areces) porque en un principio estaba pensado que fuera en Barcelona.
Taibo ha recordado que cuando le contó al entonces alcalde de Gijón, que se estaba planificando hacer un festival de literatura negra en Barcelona, Álvarez Areces le dijo: «De eso nada, tiene que ser en Gijón y muy grande».
En la vigésimo sexta edición que ha finalizado hoy se ha entregado el premio Hammett de la Asociación internacional de Escritores Policiacos a la mejor novela negra publicada en español durante el último año al argentino Guillermo Saccomano por «Cámara Gesell«.
La organización de la Semana Negra ha instituido otros premios como el Rodolfo Walsh para obras de no ficción, «Espartaco» de novela histórica, Celsius de Ciencia Ficción, y Memorial Siverio Cañada, a la primera novela policial de un autor, entre otros.
El Rodolfo Walsh de este año ha sido para el mexicano Ricardo Ravelo, por «Narcomex. Historia e historias de una guerra«, que aborda la relación entre las mafias de la droga y el poder político de en su país».
El premio Espartaco ha sido para el español Javier García Sánchez por «Robespierre», un relato sobre la época del terror durante la revolución francesa que da una perspectiva distinta a la de la historia oficial.
La primera novela negra del argentino Guillermo Horacio Convertini, titulada «La soledad del mal» ha conseguido el Memorial Silverio Cañada.
Emilio Bueso ha ganado por segundo año consecutivo el Celsius de Ciencia Ficción, esta vez con «Cenital», una obra que da una visión apocalíptica sobre el futuro Europa por la crisis económica.
El autor ha considerado esta obra como «un alegato contra el sistema» que aunque encaja en el género de Ciencia Ficción puede considerarse como de «realismo sucio».
El festival ha rendido homenaje al dibujante argentino Enrique Breccia con una exposición de originales y la edición de un libro, ha recordado el golpe de estado que derrocó al Gobierno de Salvador Allende en Chile y ha destacado la literatura de la antigua República Democrática Alemana.
En el marco de la Semana Negra de Gijón se ha realizado el Encuentro Internacional de Foto y Periodismo, que ha debatido el papel de los medios de comunicación en el actual contexto de crisis.
Gijón, 14 jul (EFE)