El escritor barcelonés Luis Goytisolo ganó el 41 Premio Anagrama de Ensayo con la obra «Naturaleza de la novela», en la que analiza el origen y la genealogía del género novelístico.
El finalista del premio, al que se habían presentado 131 originales, fue Jorge Carrión por su obra «Librerías».
La obra ganadora, «Naturaleza de la novela», se editará el próximo mayo, mientras que el ensayo finalista aparecerá en septiembre.
En «Naturaleza de la novela» Goytisolo aborda algunos de los temas que ya trató de manera tangencial en sus artículos ensayísticos-literarios reunidos en «El porvenir de la palabra» (2002).
Sin embargo, sólo en «Naturaleza de la novela» el autor plantea y desarrolla los aspectos fundamentales a los que alude el título y se interroga sobre qué es ese género literario llamado novela, lo que hoy entendemos por tal, cuándo se inicia, cuáles son sus orígenes y características y cuáles los factores directos e indirectos que propician su formación como género.
No soslaya tampoco Goytisolo en su análisis la recurrente crisis de la novela y las circunstancias en las que se produce actualmente.
El editor Jorge Herralde ha subrayado que es el primer ensayo íntegro de Luis Goytisolo, «muy sintético y nada académico», en el que explica toda la trayectoria de la novela a lo largo de los siglos y que acaba con «un canto a la persistencia de la gran literatura».
Un canto similar hace el finalista, Jorge Carrión, hacia las librerías, un elemento fundamental en la difusión de esa gran literatura, con un texto que «combina el ensayo, la crónica de viajes y la autobiografía».
Según Herralde, «Naturaleza de la novela» es claramente «un ensayo escrito por un novelista, no por un filólogo o un crítico, similar a los que en su día escribieron Paul Valéry, Aldous Huxley o T.S. Eliot, y que Luis Goytisolo tanto valora».
Goytisolo (Barcelona, 1935) quiere ser «positivo y optimista» respecto de la gran literatura, de las grandes novelas: «Igual que en la actualidad leemos a cualquier escritor griego clásico, en formatos e idiomas para ellos impensables, igual pasará con las novelas actuales».
Describe el ganador que, mientras la primera mitad del siglo XX había sido «esplendorosa», según avanzaba el siglo se empezó a notar cierto declive en la novela, aunque, aclara: «Ese declive nunca será como una guillotina, sino como el que experimentaron otras formas narrativas del pasado, como los cantares de gesta, la literatura oral».
Decidió escribir «Naturaleza de la novela» cuando notó que ese declive se había acelerado más de lo que había previsto y eso le llevó a analizar el nacimiento y su desarrollo.
«La novela, tal como la entendemos hoy, está muy vinculada al Renacimiento, a la imprenta y a la secularización», en un momento en el que, recuerda Goytisolo, «la pintura abandona las iglesias, la música deja de ser religiosa y se convierte en clásica, y la arquitectura deja de dedicarse a construir catedrales fundamentalmente».
A su juicio, el Quijote es, sin duda, la primera gran novela, por sus componentes, entre ellos el humor, y a partir de la obra de Cervantes, «el género evolucionó y su época de auge se produjo de mediados del siglo XIX a la mitad del XX».
En los años cincuenta del pasado siglo empieza el declive, emparejado a «un cambio en los ámbitos sociales y no a la irrupción del cine», pues a su juicio cine y literatura «se han beneficiado mutuamente».
Goytisolo sitúa el problema del género novelístico en los años ochenta, cuando empezaron a aparecer otros factores, como «la mayor dedicación a ver la televisión, internet y la informática, que han acabado afectando a la novela y también al cine».
Una crisis que el autor barcelonés detecta en otras artes, como la arquitectura, la pintura que también vivió su decadencia con el final del caballete, o la música clásica, que fue otra cosa a partir de los últimos grandes compositores, Stravinsky y Bartok.
El jurado del premio Anagrama de Ensayo, dotado con 8.000 euros, estaba compuesto por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater y el editor Jorge Herralde.
El finalista Jorge Carrión ve, por su parte, que al igual que le sucede a la novela, las librerías también viven esa crisis, porque como institución han estado siempre subordinadas a la literatura.
En su ensayo repasa algunas de las mejores librerías de ciudades y países que ha visitado desde que comenzó a viajar hace más de 15 años.
«Sin ser apocalíptico ni integrado, pienso que las librerías no están condenadas, porque aunque mueren muchas, también aparecen muchas, y el futuro camina hacia nuevas formas, como las que se convierten en librerías-restaurante o las que venden los libros al peso», apunta Carrión.
Dedica un capítulo final a las nuevas librerías, las virtuales, «Amazon y sus mutaciones», frente a las cuales «la única salida que tienen las librerías tradicionales es trabajar la vertiente emocional».
Barcelona, 3 abr (EFE)