A caballo entre la novela negra y la indagación psicológica, y enmarcando la acción en Gran Canaria, una de la comunidades autónomas con mayor presencia de sectas, Lucía Etxebarria construye un thriller basado en la manipulación y las carencias afectivas, protagonizado por dos hermanos huérfanos que esconden un pasado traumático.
«Esta es una novela para enganchar, porque mi intención es no aburrir nunca al lector», subraya esta escritora, que ha publicado libros de gran tirada comercial como Beatriz y los cuerpos celestes o Amor, curiosidad, prozac y dudas y cuya obra ha sido premiada también con galardones como El Nadal, el premio Primavera, el Planeta de Novela, o el Lazio (concedido por el Ministerio de Cultura italiano a la mejor novela extranjera).
Conjugando seducción y misterio, El contenido del silencio refleja la historia de Gabriel y Cordelia, dos hermanos huérfanos, distanciados desde hace una décadas por un trauma del pasado. Pero poco antes de su boda, Gabriel recibe una llamada inquietante. Su hermana Cordelia ha desaparecido en Canarias en extrañas circunstancias. Gabriel, quien lleva una vida apacible y ordenada en Londres, decide viajar hasta las islas para descubrir qué le ocurrió a su hermana.
VIAJE CATÁRTICO
Su inmediato viaje a las islas para testificar tendrá un efecto devastador y a la vez catártico, que le hará replantearse todo su pasado y su futuro, en un itinerario no sólo físico sino también, y sobre todo, interior. Y Helena, la amiga íntima de Cordelia, será su guía durante la inmersión en la vida de su hermana.
En una entrevista con Europa Press, Lucía Etxebarria asegura que dos historias «reales» sirvieron de base para construir esta novela, que Etxebarria califica como la «mejor» de su carrera literaria y en la que denuncia la «manipulación» a la que podemos ser sometidos ya sea por sectas, partidos políticos o incluso nuestra propia pareja.
Las dos historias reales, cuyos detalles refleja en los agradecimientos del libro son la Comuna de El Cabrito, un grupo constituido bajo las siglos de Grupo Acción Analítica (AAD) en la Gomera, liderado por el pintor Otto Muehl, y la secta encabezada por Heidi Fittkau-Gaerthe, radicada en Tenerife, cuyos miembros planeaban un suicidio colectivo.
«A las sectas les interesan personas brillantes o inteligentes o con una gran capacidad de trabajo, pero si tu eres pobre y paralítico, no irán a por ti, nunca verás tullidos en una secta», alega esta escritora, y recuerda que en Canarias existen 40 sectas «destructivas» que cuentan con unos 10.000 adeptos.
MÁS VULNERABLE
«Se presentan con un disfraz y es fácil caer en ellas si vives un momento en que estás afectivamente más vulnerable y se pueden llegar a convertir en el padre y la madre que nunca has tenido o en el novio perfecto», subraya esta escritora, doctora honoris causa por la Universidad de Aberdeen y ganadora del Premio Planeta de Novela en 2004 por la obra Un milagro en equilibrio.
Por otra parte, recuerda otro los puntos de misterio en la novela, y es que Canarias fue paso obligado para los nazis en la ruta hacia África, ya que era en las islas donde los submarinos alemanes se paraban a repostar y que incluso fueron varias las operaciones que tanto los alemanes como el bloque de los aliados planificaron para hacerse con el control de las Islas durante la Segunda Guerra Mundial.
LA CULTURA DE LA DEPENDENCIA
«Me he pasado todo el día en Canarias cual Indiana Jones saltando por los riscos», reconoce esta autora, y advierte que todos somos «dependientes» porque «hemos sido educados en la cultura de la dependencia». Todos podemos caer en una relación disfuncional, y seguro que a todos nos puede captar una secta, mira qué le ha pasado a Madonna», señala.
Respecto a los dos protagonistas explica que ambos desarrollan los dos perfiles típicos de niños adoptados. Uno de ellos protegiéndose de las posible pérdidas o abandonos y siendo muy frío, controlador y perfeccionista, pero al que le cuesta mucho vincularse.
Mientras que el otro, en este caso la otra, es aparentemente muy sociable, nada fría, con constantes subidas y bajadas de ánimo y a quien, en realidad, también le cuesta mucho vincularse, pero que lo disimula tras una impostada capa de aparente sociabilidad y probablemente con adicción a alguna sustancia.
¿Y cuál es el truco para no caer en manos de una secta?, le preguntamos a la autora. «El truco es leer mi libro», señala entre risas Lucía Etxebarria.
MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS)
Me gusta mucho como escribe Lucía, me comprare el libro.saludos