La necesidad que sintió Julio Camba de rentabilizar cualquier experiencia para convertirla en material aprovechable para sus artículos periodísticos queda reflejada en los textos reeditados con motivo del cincuenta aniversario de su muerte, que se conmemora hoy.
Pese a publicar varias novelas, la mayor parte de la obra de Camba (Villanueva de Arosa, Pontevedra, 1884 – Madrid, 1962) se inspiró y alimentó del periodismo.
Y de ello estaba convencido hasta el punto que afirmaba: «Yo soy un escritor de artículos cortos, cosa terrible, porque los artículos cortos se leen. Estoy aislado en el espacio, y solo me puedo ocultar en el tiempo escribiendo con asiduidad».
Camba inició su carrera profesional como periodista en los primeros años del siglo XX.
Revolucionario en su adolescencia -embarcó como polizón rumbo a Argentina, de donde fue expulsado por sus actividades alborotadoras, con las que continuó a su vuelta a España-, llegó a Madrid desde el Diario de Pontevedra.
Colaboró en el diario «Tierra y libertad» y después fundó «El Rebelde», un periódico anarquista que fue cerrado por las autoridades, lo que obligó al escritor gallego a moderar su radicalismo político, colaborar en otros periódicos y recalar finalmente en ABC, del que fue corresponsal en varios ciudades europeas y americanas.
Así ocupó las corresponsalías de Constantinopla, París, Londres, Berlín y Nueva York. Con una mirada curiosa y abierta que le provoca una perplejidad medida, va describiendo las costumbres de las ciudades.
También, desde algunas de estas capitales cubrió la I Guerra Mundial y el crack de 1929 que hundió la economía estadounidense y la Europa de entreguerras.
Su primer libro de viajes «Playas, ciudades y montañas» (1916), reeditado ahora por el Reino de Cordelia en el cincuenta aniversario de su muerte, es un ejemplo de la naturaleza heterogénea de sus escritos.
Publicado por primera vez en 1916, recoge las experiencias de Julio Camba en tres territorios bien diferentes: Galicia, Francia y Suiza.
Con visión aguda y humorística comienza con un largo recorrido por su tierra natal, que abre y cierra con el paisaje de su infancia: la ría de Arosa.
La segunda parte se centra en París, en donde fue corresponsal del diario El Mundo, y en Suiza.
«Un coche destartalado me lleva por la rue Auber y por los grandes boulevares. Muchas luces, mucha música que sale de los cafés, muchas faldas largas recogidas, muchos chalecos de fantasía, muchos bigotes, mucha confusión. Las calles están todas llenas de obstáculos. La circulación es dificilísima. Yo estoy encantado», afirma Camba a su llegada a capital francesa.
Mientras que sobre Suiza, dice: «Yo no voy a meterme con los suizos, porque no creo en ellos. En Suiza no hay suizos. A lo menos, el habitante típico de Suiza, el que le da carácter, no es el suizo. Yo nunca me he imaginado Suiza poblada de suizos, sino de ingleses. El inglés es el verdadero habitante de Suiza, y su traje es el traje característico del país».
«Playas, ciudades y montañas es el tercer libro publicado por el Reino de Cordelia tras ‘La casa Lúculo’, dedicado al placer de la gastronomía, y «Un año en el otro mundo», sobre su primer viaje a Nueva York.
Precisamente, este último texto y «La ciudad automática» (1934) centrarán el coloquio que el Instituto Cervantes, de Nueva York, dedicará al periodista gallego el próximo día 1, en un acto en el que participarán los escritores Manuel Vicent y Elvira Lindo.
A los homenajes del cincuenta aniversario de la muerte de Camba se ha sumado también la editorial Pepitas de Calabaza, que ha rescatado su antología personal «Mis páginas mejores» (1956) y anuncia la próxima publicación de «El Rebelde. Los escritos de la Anarquía».
Madrid, 28 feb (EFE)