La última e inacabada obra del nobel portugués José Saramago, fallecido hace tres años, todavía no tiene fecha de edición por una «cuestión sentimental», asegura su viuda, la periodista española Pilar del Río.
«Cuando lo publiquemos ya no nos queda nada y por eso lo vamos atrasando. En el fondo es una cuestión sentimental, como si todavía estuviéramos esperando que Saramago concluyera la novela», dijo a Efe Del Río durante la presentación hoy de «La estatua y la piedra», una reflexión del escritor sobre su propia obra.
Mantener la «esperanza» de tener todavía algo nuevo de José Saramago es la razón por la que «no hay prisa» para editar su trabajo inconcluso, «Alabardas, alabardas, espingardas, espingardas», explica la traductora del nobel.
La última obra de Saramago, cuyo título procede de un verso del poeta luso Gil Vicente, quedó inacabada, pero «las páginas que están escritas, funcionan perfectamente como un relato», asegura.
Terminan, además, en un punto que recuerda a la estructura narrativa que comparten otras novelas de Saramago, que «de pronto dan un giro».
El autor abandonó este texto, sobre la industria del armamento y el tráfico de armas, porque «le asustaba enfrentarse a la complejidad» del giro argumental con el que iba a continuar.
«Tras dejarlo dormir por un tiempo», recuerda su vida, ya no tuvo ocasión de recuperarlo antes de su muerte, en junio de 2010.
Cronológicamente, el texto inédito formaría parte de la segunda etapa de la producción de Saramago sobre la que versa el ensayo «La estatua y la piedra», según Fernando Gómez Aguilera, amigo y especialista en la obra del nobel.
En el acto de presentación del libro en Lisboa, Gómez Aguilera dijo a Efe que «su contenido se despoja de las historias, el ámbito en el que se habían venido desarrollando las novelas anteriores, para preocuparse por el mundo contemporáneo y por el individuo en la actualidad».
Con la metáfora de la estatua y la piedra, formulada por Saramago en una intervención en la Universidad de Turín (Italia) en 1997, el autor de «Caín» reflejaba «un cambio de estilo, hacia la austeridad», afirma el especialista, autor del epílogo del texto y que sitúa ese giro después de la publicación de «El evangelio según Jesucristo».
La piedra que evoca Saramago tiene además de una lectura literaria otra social, para un autor que, ya a principios de los noventa, avisaba de los futuros problemas de Europa, del sentimiento de falta de representatividad o del papel predominante de Alemania en el futuro de los demás países.
Quería «levantar la piedra para que el lector sepa lo que hay debajo».
La edición bilingüe, en español y portugués, de «La estatua y la piedra» es una revisión hecha por el nobel de un texto publicado originalmente en italiano y que se hizo de «manera clandestina», explicó a Efe el Giancarlo Depretis, uno de los responsables del proyecto editorial.
«Tanto es así que José Saramago decía: ‘caramba, he escrito sin darme cuenta otro libro'», bromeó Depretis, en la presentación de la obra.
Lisboa, 7 may (EFE)