Los malos tiempos que corren para todos por la omnipresente crisis han abierto un esplendoroso panorama para la novela negra, que encuentra en ese escenario de frustración, depresión y delitos una prolífica fuente de inspiración y caldo de cultivo para un género que ve crecer día a día sus adeptos.
Al menos así lo ven novelistas de este estilo narrativo de España y Venezuela reunidos en el marco del IV Festival de la Lectura Chacao, municipio caraqueño en el que durante este fin de semana se abordan las perspectivas y situación de un género que «vive un momento de esplendor probablemente como nunca antes había vivido».
«La novela negra en su formato clásico, que es la novela negra norteamericana surge después de la gran depresión, después del crack del 29 y además quienes la practican son damnificados: Raymond Chandler es un señor que pierde el empleo después del crack», indicó a Efe el escritor español Lorenzo Silva.
«La sensación de decepción y frustración es buena para la novela negra, florece con facilidad en escenarios de crisis», dijo, al subrayar que esas situaciones son un «caudal ingente de material» y «un caldo de cultivo para la novela negra».
Silva, premio Nadal en 2000 por «El Alquimista impaciente», indicó que las crisis «generan estados de conciencia» y la novela negra es «una toma de conciencia de las carencias de una sociedad, de un modelo social, de un modelo económico, de un modelo político».
En su opinión, el género «acaba siendo una forma de expresión de esa conciencia, especialmente eficaz porque tiene una ventaja frente a otras formas de conciencia y es que se traduce en un artefacto como es la literatura narrativa» con el que analizar esa realidad.
Durante una intervención sobre el tema en el certamen caraqueño, Silva señaló que tras la depresión que sufrió el género en los años 90 en España la novela repuntó en la década pasada, empujada, entre otros, por éxitos como el del fallecido autor sueco Stieg Larsson.
Hoy la industria editorial está convencida de que «ningún otro estilo narrativo interesa al lector español como el género negro», indicó.
El escritor venezolano Marcos Tarré, uno de los pioneros del género en su país, aseguró que la novela negra permite «ahondar mucho más» en los problemas del crimen y la violencia de lo que se puede hacer, por ejemplo, a través de la información diaria en la prensa.
Tarré, periodista de profesión, señaló que a través de la ficción se puede hacer todo tipo de análisis y lograr una forma de «llegar al hueso» de una situación determinada, algo que en otro tipo de formatos sería prácticamente imposible.
En su opinión, el problema de la violencia en sitios como Venezuela, uno de los países con mayor índice de asesinatos de la región, aún no ha sido objeto de la reflexión y maduración necesaria para hace florecer un auténtico género negro.
Alberto Barrera, novelista venezolano de obras como «La enfermedad», señaló que uno de los principales problemas que puede enfrentar el desarrollo de la novela negra en la región es que en muchas ocasiones «la realidad supera la ficción».
En ese sentido, recordó episodios recientes de la historia de Venezuela, como el asesinato en 2004 del fiscal Danilo Anderson, muerto en un atentado terrorista contra su vehículo cuando estudiaba a 300 personas por el intento de golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez.
En Venezuela se ha «perdido la noción de la verdad», «nuestra serie negra está por el momento en la realidad», dijo.
Caracas, 29 abr. (José Luis Paniagua / EFE)