La RAE publica la Ortografía básica, versión reducida de la obra publicada en 2010, donde se anunciaban cambios como el paso de i griega a ye, la eliminación de la tilde en ‘solo’ y en los demostrativos o considerar monosílabas (que, por lo tanto, deben escribirse sin tilde) palabras como guion, truhan o lio.
Así este volumen pretende ser fiel a su hermana mayor presentada en 2010 al recoge todas las propuestas normativas aprobadas, además aborda con «minuciosidad» la mayoría de los problemas ortográficos que se presentan al hablante en los diferentes ámbitos: uso de las letras, puntuación, acentuación gráfica, mayúsculas y minúsculas, abreviaciones, unión y separación de palabras o expresiones procedentes de otras lenguas.
En declaraciones a Europa Press, Salvador Gutiérrez, subraya el formato «cómodo, esencial y manejable» de esta Ortografía básica en la que se han eliminado algunos razonamientos teóricos, así como incursiones enciclopédicas para que sea «más compresible» para el lector. Publicada por Espasa, sale al mercado con un precio de 13,5 euros.
PARA LLEVAR A CUALQUIER SITIO
«Es un libro de bolsillo, que se puede llevar en cualquier sitio, pero sobre todo buscamos que sea didáctico, y que su lectura sea fácil y comprensible gracias a los numerosos cuadros y ejemplos». «Nace con la vocación de convertirse en fiel compañera de viaje y útil consejera en las dificultades y dudas ortográficas de cada día. Aspira a ser la Ortografía de todo el mundo que habla y escribe en español, explica en el prólogo Salvador Gutiérrez.
Esta Ortografía básica recoge toda la información normativa contenida en la Ortografía publicada en 2010 con el fin de que en su estudio y en posibles consultas no existan vacíos informativos. Se ha buscado una redacción más sencilla y transparente, y se aportan los ejemplos necesarios para facilitar al máximo la comprensión. Se han incluido, además, numerosas advertencias, que aparecen en recuadros con trama oscura marcados con la letra a.
NUEVOS CRITERIOS
En este sentido destaca el importante «avance didáctico» de la Academia al definir el diptongo según criterios ortográficos. «En los libros educativos ya no se pone ni ‘truhan’ con tilde o ‘solo’ ni los demostrativos», alega.
«Con estas normas se intenta que las cosas vuelvan a su cauce, pero tanto en ‘solo’ como en los demostrativos sigue siendo posible poner la tilde, o no ponerla», señala este catedrático de Lingüística General, quien reconoce que hasta dentro de unos años estas normas no estarán totalmente asimiladas por la población. «La aceptación de los cambios ortográficos siempre es poco a poco», señala.
Respecto al lenguaje utilizado en redes sociales y sms, Gutiérrez considera que las «abreviaciones» y los cambios ortográficos son propios de estos medios y no se trasladan a otras esferas. «Si un alumno escribe mal, no es por culpa de los sms, sino porque nadie le ha enseñado a escribir bien y porque no lee mucho», apunta.
«La Real Academia Española y, con ella, las demás integrantes de la Asociación de Academias de la Lengua Española invirtieron tiempo, trabajo e ilusión en este proyecto, ya que la ortografía constituye el código en el que con mayor transparencia se manifiesta la cohesión y uniformidad de la lengua».
MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS)