Jérôme Ferrari, prolífico escritor de origen corso nacido en París en 1968, obtuvo hoy el máximo galardón literario francés, el Goncourt, con «Le sermon sur la chute de Rome», una obra sobre la esperanza que puede surgir de toda tragedia.
El también traductor y profesor de filosofía quiso explorar en su última novela «la manera en la que los mundos nacen, crecen y mueren», incluso aquellos como el romano en tiempos de San Agustín, que se creía indestructible, según explica en la página web de su editorial, Actes Sud.
De ahí el título de esta obra, en la que quiso ofrecer signos de optimismo pese al desastre final que narra en ella, encontrado en el sermón que San Agustín pronunció en 410 en Hipona, la antigua ciudad de Numidia, tras la toma de Roma por los visigodos.
El jurado de la Academia creada en 1903 que hoy dio su Goncourt a Ferrari está integrado entre otros grandes escritores por Régis Debray, Philippe Claudel, Tahar Ben Jelloun, Pierre Assouline, Bernard Pivot y Edmonde Charles-Roux, su presidenta.
El premio está dotado con diez euros simbólicos, pero transforma la vida de su ganador con un astronómico aumento de ventas, que en ocasiones puede llegar a rondar los 400.000 ejemplares.
Fue anunciado en el restaurante Drouant, el mismo que también hoy reunió al jurado del Renaudot, el último gran laurel literario del otoño francés que fue a parar por sorpresa -pues no figuraba en la selección final, sino en una de las precedentes- a la escritora ruandesa Scholastique Mukasonga, de 56 años.
En su novela «Notre-Dame du Nil», la autora francófona intenta comprender y explorar cómo pudo tener lugar en Ruanda la masacre contra los tutsis y hutus moderados de 1994, en la que murió gran parte de su familia.
La superviviente del genocidio ruandés situó su reflexión en un colegio donde se forman la elite femenina del país, mayoritariamente miembros de la etnia hutu, salvo dos de sus protagonistas.
Al igual que las estudiantes de la selecta institución ruandesa de Nyamimombe, los protagonistas de «El sermon sur la chute de Rome» viven en un aislado paraje montañoso, que Jérôme Ferrari colocó en la tierra de sus ancestros, en el interior de la isla mediterránea de Córcega.
«Le sermon sur la chute de Rome» cuenta con una docena de personajes, entre ellos dos jóvenes que dan la espalda a una prometedora carrera universitaria en París para intentar devolverle la vida al bar de un pueblo amenazado de desaparición, y el abuelo de uno de ellos.
Profesor de filosofía en Argelia y después en Córcega, el nombre de Ferrari comenzó a barajarse como Goncourt 2012 antes de su anuncio oficial, cuando desde Twitter se supo que había aterrizado esta mañana procedente de Abu Dabi, en cuyo Liceo francés comenzó a trabajar el pasado septiembre.
Compartía lista de finalistas con la francesa de origen vietnamita Linda Lê, autora de «Lame de fond»; con el escritor francés Patrick Deville, cuya novela «Peste & Choléra» acaba de ganar el premio Femina; y con el escritor suizo Joël Dicker, que a finales de octubre recibió el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa por «La Vérité sur l’affaire Harry Quebert».
Entre los miembros del jurado Renaudot, creado en 1926 por diez críticos literarios que esperaban conocer las deliberaciones del Goncourt, figuran también conocidos escritores nacionales o internacionales como Jean-Marie Gustave Le Clézio, Christian Giudicelli, Louis Gardel, Jérôme Garcin y Frédéric Beigbeder.
Con estos dos premios se da por concluida la temporada literaria del otoño francés, abierta el 25 de octubre con el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, seguido este lunes por el Femina y ayer por el Médicis, otorgado a la escritora y poeta francesa Emmanuelle Pireyre.
París, 7 nov (EFE)