Con su primera novela, «La biblioteca de los muertos«, vendió más de un millón y medio de ejemplares y se situó en los primeros puestos de ventas de varios países. Ahora, el americano Glenn Cooper regresa a las librerías con la continuación de esa historia, un relato titulado «El libro de las almas«.
El ex agente del FBI Will Piper, que resolvió el caso del asesino del Juicio Final, se ve envuelto en una nueva investigación en torno a un libro antiguo y enigmático, que ha influido en pensadores como Calvino, Nostradamus o Shakespeare, y que contiene un secreto que tiene que ver con la fecha del fin del mundo.
En una entrevista con Efe, el escritor, presidente de una compañía de biotecnología de Massachussets, reconoce haber quedado fascinado, con tan sólo doce o trece años y gracias a la Filosofía, por el concepto de predestinación, porque eso le permitía pensar que «no hacía falta estudiar para los exámenes, porque, al fin y al cabo, todo estaba ya escrito».
Sin embargo, con los años superó esa idea, pero: aunque le ha ido acompañando y cree que fue «la génesis» de su primera novela, «décadas más tarde».
Al contrario de lo que ocurre con algunos de los personajes de la novela -publicada en castellano por Grijalbo y en catalán por Alisis- Cooper dice que no le gustaría «nada» conocer la fecha de su muerte.
Preguntado por la enigmática fecha del 9 de febrero de 2027 que aparece en «El libro de las almas», Glenn Cooper sonríe y asevera que la respuesta a su significado exacto está dentro de la maleta con la que estos días ha paseado por Barcelona y que cuando tenga forma se convertirá en el tercer libro de la saga.
«Nunca fui partidario de escribir una serie, ni tenía ningún deseo de convertirme en un escritor de estas características, pero me di cuenta de que mi primer libro era una historia demasiado grande para ser contada en un único volumen», argumenta.
A la vez, advierte, dirigiéndose especialmente a sus lectores, que tiene muchas ideas en la cabeza y muchos personajes a los que dar forma y resalta que, aunque en España todavía no se hayan editado, tiene escritos otros tres relatos que nada tienen que ver con Will Piper. «El último -especifica- transcurre en Roma y el Vaticano y está protagonizado por una monja».
Licenciado en Arqueología y también en Medicina, Glenn Cooper indica que para todas sus historias dedica mucho tiempo a la investigación y a la lectura. «Lo que más me gusta -señala- es leer y aprender y después poder mostrar todo eso al lector, igual como se lo explicaría a un amigo».
Otra de sus obsesiones a la hora de recrear una trama, es poder mostrar cómo vivían las personas en otras épocas, de qué estaban hechas sus casas o cómo eran las alcantarillas.
Asimismo, defiende la necesidad de viajar a los lugares que aparecen en sus libros, como la Isla de Wight en Gran Bretaña, donde ubica una abadía, que podría tener cierto parecido con la real de Quarr.
Por otra parte, no esconde que todas sus experiencias vitales le sirven a la hora de ponerse ante la hoja en blanco, ya sea la vertiente empresarial, la médica o la arqueológica. «Es como si tuviera un pozo con un cubo, del que siempre puedo sacar agua», remarca.
Glenn Cooper, de 58 años de edad, creció en Nueva York, pero actualmente reside cerca de Boston en una casa considerada como una de las más antiguas de Estados Unidos, puesto que su construcción data del año 1669, según se encarga de destacar.
Barcelona, 17 sep (Por Irene Dalmases / EFE)