Ben y Chon son dos tíos que saben disfrutar de la vida: les encanta el sexo, el voleibol, la cerveza y las chicas. Ophelia, más conocida como O., está loca por Ben y Chon y se acuesta con ambos. Pero lo que de verdad hace diferentes a Ben y Chon de los demás es que producen la mejor maría del mundo. ¿Algún problema? Ninguno. Bueno, sí, uno: el cartel de Baja. La esencia del narcotráfico mexicano. Que, además, está compuesto por unos tipos con muy malas pulgas: o les das lo que desean o te cortan la cabeza. Son auténticos salvajes. Y ahora, vaya por Dios, tienen secuestrada a O. porque quieren la hierba de Ben y Chon. ¿Qué hacer? Solo hay tres salidas:
1. Hacerles el juego.
2. Encontrar y rescatar a O.
3. Pagar veinte millones de dólares.
Si queréis ver nuestra opinión, seguir leyendo:
Lo malo de escribir una novela soberbia, redonda en casi todos sus aspectos, alabada unánimemente por crítica y público, es que tus siguientes libros quedan lastrados por dicha novela y es inevitable que el lector consciente o inconscientemente compare.
A nosotros es lo que nos ha ocurrido con el cuarto libro en España de Don Winslow. Durante su lectura, en apenas dos tardes, no pudimos dejar de pensar que las peripecias de Ben, Chon y O. podrían haber formado parte de la espectacular ‘El Poder del Perro’, en ocasiones incluso llegamos a pensar que la trama fue sacada adrede de la novela anterior, pues además de que hay algo que recuerda constantemente al relato de Billy Callan, la historia de ‘Salvajes’ habría encajado perfectamente como una más de las varias que se entretejen en la mejor novela negra de 2005.
Si además te enfrentas a un narrador diferente, extremadamente original y con un estilo que se salta a la torera los cánones de la narrativa, la cosa «canta» aun mas. Ya le pasó a Palahniuk, Welsh, y a Ellis y le ocurre a Winslow, que es difícil superar lo insuperable y que sus novelas posteriores siempre quedan lastradas por su mejor obra.
Bajo estos condicionantes, la nueva novela de Winslow no recibiría más allá de un Bien, pero es obligado ordenar los pensamientos y una vez asumido lo anterior, tratar de hacer un análisis libre de prejuicios y evitar las comparaciones con los otros libros. A partir de aquí la cosa cambia, y la novela gana muchos enteros.
‘Salvajes’ narra una historia fronteriza, típicamente americana, de carteles de la droga en la costa oeste. Pero lo que aparentemente (en la superficie) es una feroz narración, tan salvaje como el título, plagada de adrenalina y escrita con muchísimo sentido del humor (ojo, no provoca ni una sola sonrisa pero el lector se imagina más de una en el autor mientras la escribía) es en realidad una historia de amor que nos recuerda en muchos momentos a la película ‘Dos hombres y un destino’ protagonizada por Newman y Redford, con triángulo amoroso de fondo, y que bien podría ser la revisión y actualización del mito de Butch Cassidy y Sundance Kid en el siglo XXI.
Inferior en trama y argumento a ‘El Poder del Perro’ y no tan sorprendente como ‘El Invierno de Frankie Machine’ es sin embargo una novela rotunda, excesiva en algunos momentos, que no da tregua, que se salta a la torera todos los convencionalismos de la narrativa tradicional con capítulos de apenas 2 líneas, escrita con un estilo muy directo que ya advertimos en ‘El invierno…’ pero que en esta ocasión se demuestra de forma definitiva. Ya hemos indicado que la leímos en apenas dos tardes, y si hacemos memoria ¿cuantos libros hemos conseguido leer del tirón?
El mayor hándicap del libro es su brevedad, estamos ante una novela corta de apenas 350 páginas, con cuerpo de letra grande y mucho interlineado, lo que afecta no solo al precio -quizá debiera costar algo menos- también a la trama, pues resta credibilidad y verosimilitud a los personajes. Es difícil que Ben, Chon y O. enganchen de verdad, y no terminen convirtiéndose en una caricatura de sí mismos. La narración tan directa, tan escueta y parca en detalles provoca que el trío protagonista y el malo de turno pierdan fuerza, y que el lector no termine de «empatizar» con ellos. No es que los personajes no estén bien construidos, es que directamente no te da tiempo a identificarte con ellos de ninguna manera, cuando podrías hacerlo, la narración se acaba.
Salvajes es en esencia una novela del Oeste en la que no hay héroes, todos son malos, unos más y otros menos. Sustituyan a los forajidos por los carteles de la droga, los caballos por Suburban negras y los Winchester de repetición por AKs 47 y tendrán ante sí un «Western» tan adictivo como contundente. 100% entretenimiento puro y duro, no dejará indiferente a nadie pues no se lee, se devora en apenas unas horas. Winslow crea adicción, una vez que empiezas no puedes parar, están advertidos.
Salvajes en Quelibroleo
Libros de Don Winslow
José L. Ramírez C.
Quelibroleo.com
Estoy de acuerdo contigo casi palabra por palabra. Considero que hay una excesiva relación con «El poder del perro». En su afán por ser ingenioso, innovador y ágil, sus diálogos con el lector, a mí me parecen superfluos. Pero aún así ese par de tardes que yo también tardé en leerla se dan por bien empleadas.
Es cierto todo lo comentado. En mi opinión sabe a poco, cuando empieza la trama ya has leido las tres cuartas partes del libro. Y en pocas horas acabas con él. Creo que esto indica el enganche, más que en la trama en los personajes.
La parte negativa: si has leido algún libro de Don Winslow, este es flojo. Despues del Poder del Perro (magistral) y de Frankie Machine (una buena novela negra), este libro es flojo en comparación.
A mi gusto le sobran los comentarios hacia el lector, que muchas veces parecen fuera de contexto y no acabas de entenderlos.
Para acabar: es recomendable y con un final sorprendente.