¿Qué haría una ninfa un duende o un hombre lobo en el siglo XXI?. Ese es el planteamiento de «En busca de Avalon», un grupo de relatos sobre seres mágicos en la actualidad, que además muestra cómo la creatividad puede unirse a la discapacidad ya que su autor, Alejandro Hernández, padece trastorno bipolar.
Así lo indica Hernández en una entrevista a Efe en la que precisa que tras un proyecto frustrado hace dos años, «En busca de Avalon» regresa en una edición «totalmente renovada» a cargo de la editorial Edicions Leon, que también ha publicado la guía «De bipolar a bipolar», del mismo escritor.
La está compuesta por cuatro relatos largos y doce cortos, y sigue la idea de «coger los mitos y leyendas del pasado, de la Europa pagana, precristiana y medieval, y plantear qué ocurriría si todos esos seres mágicos y mitológicos estuviesen conviviendo ocultos entre nosotros».
Los seres de la mitología feérica estaban siempre en contacto con los humanos, que podían encontrarlos en bosques y lagos, y Hernández traslada «esa idiosincracia de los mitos cercanos a la actualidad con el espíritu de rescatar las leyendas y pasarlas al presente».
Que la agricultura no sea ya la actividad principal «no quiere decir que esos seres no estén en nuestras ciudades, con los mismos problemas y preocupaciones, sólo que hemos olvidado esa vinculación», explica el escritor.
También se ha perdido el miedo «reverencial» a los animales, pues de los asaltos en la Edad Media de lobos y murciélagos que transmitían la rabia proceden las leyendas de vampiros y hombres lobo, los seres «más oscuros» de la mitología y que ahora son distorsionados con relatos románticos o situándolos en mundos extraterrestres.
Por ejemplo, su relato «Luna de rabia» narra la historia de los hombres lobo míticos de la Europa del Este, los «vukodlaks», no los que se transforman con la Luna llena, precisa Hernández, sino los que «sacan lo mejor de los seres humanos y lo mejor de las bestias», y que en su historia protagonizan un embajador de Rumanía en España, su hijo y un ama de llaves.
En «La misión» relata las peripecias de una ninfa exiliada en la Barcelona de 2004 que vive ejerciendo la prostitución, mientras en «Legado de sangre» un estudiante de doctorado trabaja en un archivo histórico restaurando documentos antiguos que «han despertado el interés de ciertos seres similares a Nosferatu, pues están escritos con sangre».
Santa Cruz de Tenerife, 9 nov (EFE)