‘El señuelo’, de Manuel Vidal primer Premio Wilkie Collins de novela negra

El escritor Manuel Vidal publica El señuelo (M.A.R.), una novela policíaca ambientada en la Zamora rural de finales de los años 60 en la que el cabo de la Guardia Civil Manuel Laso Maldonado vuelve a enfrentarse a varios misterios y desapariciones.

La novela arranca cuando Belén, hilo conductor de este relato, se encuentra en el entierro de su padre y se enfrenta a varios recuerdos de su infancia, según ha explicado este viernes el autor durante la presentación.

A sus 11 años, la protagonista se enfrenta a tres asuntos que la mantienen inquieta: una misteriosa luz que recorre las lápidas del cementerio; la sospecha sobre la desaparición de una de sus primas; y la relación entre sus padres.

Todos los hechos que se narran han surgido de su cabeza, según ha indicado el autor, a pesar de que reconoce que los pueblos son un buen lugar para encontrar y desarrollar misterios, por la «libertad y el movimiento» que les caracterizan. Los únicos elementos de realidad están relacionados con la protagonista y su hermana, inspiradas en dos vecinas que Vidal tuvo en el pasado.

Señuelo, ganadora del I Premio Wilkie Collins de Novela Negra, se desarrolla en un pueblo cercano a la frontera con Portugal, Samir de los Caños. Por ello, otra de las características reales que se observan en la novela es el poco aprecio que sus habitantes tienen por la Guardia Civil, ya que estaban «encima» de ellos para evitar el contrabando.

Tanto el lenguaje como los hábitos de aquella época se mantienen intactos en esta novela, en la que se recrean aquellos años en una de las zonas más pobres de la época. «Lo que aquí describo lo he conocido y lo he visto», indica.

Por ello, en su narración recurre a un momento en el que «apenas se comía carne o se bebía leche», la comida constaba de «patatas con berza» y la «vejiga de los cerdos se utilizaba para fabricar caseros balones» con los que jugar al fútbol.

HUIR DE LA NOVELA SUECA Y NORTEAMERICANA

En palabras de Miguel Ángel De Rus, editor de M.A.R., este libro se aleja de la novela negra sueca y estadounidense, así como del concepto de relato en el que aparecen tópicos como la música jazz o las «luces de neón».

En palabras del autor, entre sus influencias se encuentra Azorín. «Mi narrativa también pose frases cortas, por lo que la novela es más fluida, algo que no ocurre en la novela negra, que usa muchas metáforas», explica. EnSeñuelo, en cambio, el número de figuras retóricas se reducen y, a diferencia del relato sueco, lo anecdótico se limita para dar importancia a la trama principal.

Además, el escritor dejará conocer solo «lo que se ve a través de los ojos de la niña», una perspectiva desde la que juega con «ventaja», ya que se sirve del flashback y los recuerdos. Sin embargo, Vidal admite que ha sido fiel a patrón que impone este género y sigue la premisa de toda novela policíaca: «El misterio no se resuelve hasta el final».

MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS)

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