Hace cincuenta años estalló el «boom» latinoamericano, el fenómeno literario que protagonizaron los jóvenes Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes y Julio Cortázar, alimentados por Borges, Carpentier, Rulfo u Onetti. Todos ellos transcendieron con sus novelas las fronteras de América Latina, rompieron esquemas y convirtieron el dolor en una fiesta de la palabra.
Aquel «boom» fue otra Edad de Oro de la novela en español que reunió a un grupo de escritores de diferentes países latinos que no se conocían entre sí y que por sus diferentes temática, técnicas narrativas y por el uso del lenguaje, dejaron a Europa rendida a sus pies en los 60.
La publicación en España de «La ciudad y los perros«, de Mario Vargas Llosa en editorial Seix Barral, en 1962, marcó el inicio de este fenómeno cultural que ahora celebra su aniversario con reediciones, homenajes y un congreso internacional, organizado por la cátedra Mario Vargas Llosa, junto con Acción Cultural Española.
Un congreso que se desarrollará en la madrileña Casa de América y en ochos universidades españolas, y que inaugurará Mario Vargas Llosa con una conferencia magistral sobre los orígenes del movimiento, y la presencia de los príncipes de Asturias.
UN PUENTE ENTRE ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA.
Para Mario Vargas Llosa, según explicó a Efe, «la idea es que esta cátedra sirva como un puente de tipo literario y cultural entre España y Latinoamérica, y que se incorpore Brasil, porque no hay que olvidar que Brasil formó parte del «boom», con Guimaraes Rosa, Nélida Piñon o Clarice Linspector, ésta última injustamente marginada. Luego empezó a ser reconocida porque fue traducida y muy reconocida como una voz muy original».
El premio Nobel peruano recuerda que el «boom» fue un descubrimiento para el resto del mundo de otra cara de América Latina, aunque hubo algunas confusiones -aclaró-, porque a raíz de uno de los libros de más éxito «Cien años de soledad, que fue un libro fantástico, se empezó hablar de la literatura latinoamericana como la del realismo mágico, por estas historias sobrenaturales fantásticas y no fue así, hubo diversidad de temas.
«Pero el denominador común de todo fue que ya no se trataba de una literatura regionalista, costumbrista o pintoresca -continúa-. Se mostraban historias que, aunque estaban situadas en América Latina, expresaban un tipo de problemática valida para cualquier país, humana en general», precisa el escritor, superviviente del «boom» junto a Gabriel García Márquez, quien también posee el premio Nobel de Literatura.
París y Barcelona fueron escenarios de este movimiento que dio títulos que hoy son obras clásicas como «Cien años de soledad», «Rayuela», «La muerte de Artemio Cruz», «La vida breve», «La región más transparente», «Pedro Páramo» o «Los pasos perdidos», entre otros muchos títulos que editoriales españolas como Seix Barral y luego otras empezaron a publicar.
Pero Barcelona adquirió un protagonismo especial porque, además de ser la sede donde se encontraban las editoriales y la agente Carmen Balcells, fue el lugar donde se conocieron Vargas Llosa y García Márquez y José Donoso. En París entablaron amistad Vargas Llosa y Cortázar, que como era mayor, asesoró y ayudó a los más jóvenes.
En este 50 aniversario también se reedita en Alfaguara «Los nuestros», el libro del escritor, profesor y periodista chileno Luis Harss, quien atisbó hace cincuenta años lo que se conocería con el nombre del «boom»; esa nómina de escritores que reunió en este ensayo y que fijaron el canon del boom. El libro se publicó primero en inglés y después la editorial Sudamericana en español, en 1966.
La política, las dictaduras, la revolución cubana y el deseo de democracia, no solo en América Latina sino en España que se encontraba en plena dictadura marcaron también este movimiento que, para Vargas Llosa, no fue solo literario, sino cultural, social y político.
Madrid, 6 nov. (Carmen Sigüenza / EFE)