Cuando me veas, de Laura Gallego García. Editorial Destino (2017).
Una portada cautivadora. Un título que en principio descubre muy poco y una sinopsis alucinante dan paso a una historia que no podemos dejar de leer. Mucha intriga es lo que nos deja la campaña de promoción del libro.
Tina, la protagonista de la historia, no se siente merecedora de que la llamen por su nombre completo, Valentina, porque cree firmemente que tiene una vida poco relevante y su presencia no hace más que estorbar a todos. Su madre es muy sobreprotectora y no deja de recordarle que debe aprovechar el tiempo porque lo poco que tienen le ha costado mucho esfuerzo. No es extraño que Tina, la mayoría de las veces, se sienta poco valorada, incluso menospreciada y sin poco apoyo por parte su madre, su única familia. Y si a ello se suma que, por ser de origen latinoamericano, se siente ajena y que no encaja del todo en un barrio humilde de España.
Para colmo de males, la mejor amiga de la infancia de Tina desapareció del colegio, del barrio y de su vida sin dejar rastro y ella se siente en parte culpable. Las dos chicas eran muy pequeñas pero Tina recuerda algo que vio y que no llegó a entender del todo. Ahora, ya adolescente, Tina está segura de que borró todo lo que vio de su mente porque no podía hacerle frente en ese preciso momento.
El «matoneo» en educación primaria era algo frecuente y en el instituto va a más. De este modo, Tina desea pasar desapercibida, no llamar la atención y ser casi invisible. Decir más es revelar mucho de la trama pero cuando los periódicos se hacen eco de los rumores que inundan el instituto, Tina piensa que esa doble vida que lleva le da más problemas que satisfacciones. Sus notas bajan, su amiga Salima, de origen árabe, tiene una personalidad distinta que le ayuda a comportarse de forma natural e incluso a participar en las actividades del centro educativo.
Otro suceso muy desagradable ensombrece la vida del instituto. La historia de «El chico de la azotea» no se ha aclarado y a algunos les gustaría que las cosas quedasen como están. Pero los más «débiles» tal vez tengan un límite que si consiguen superar, destape una gran fuerza capaz de lograr lo inimaginable.
Laura Gallego se aparta totalmente de las historias a las que nos tiene acostumbrados. En el libro hay magia, sí, y también una protagonista femenina con una personalidad arrolladora que se hace a ella misma. Sus orígenes son duros y su familia bastante reducida. Y también hay un elemento masculino que la llena de fuerza y por el que se siente atraída pero sin perder de vista su propósito. Todos estos elementos que acabamos de mencionar son comunes a muchas de las novelas de Laura Gallego, pero no el tema principal ni la forma de abordarlo. Las bandas juveniles no se asemejan a los caballeros con montura, ni la sudadera de Tina es lo que elegirían las féminas de sus libros. Tampoco el suicidio o el acoso escolar habían aparecido antes, pero es un nuevo reto que cumple con creces nuestras expectativas.
Una historia fascinante, necesaria y que trata un tema muy actual. A pesar de que las redes sociales y las campañas de promoción han creado un panorama de misterio, a nuestro juicio excesivo, la novela trata el afán de superación de la protagonista, el valor de la amistad y el hecho de afrontar el miedo, la vergüenza y el dolor para seguir adelante con la convicción que estás en peligro desde el primer momento.
Laura Gallego es valenciana, nacida en la población de Quart de Poblet. Es muy conocida y apreciada por su obra tan prolífica y de gran calidad que entusiasma a lectores de todas las edades. Empezó a escribir a los 11 años literatura fantástica y estudió Filología Hispánica. Su tesis doctoral versa sobre el libro de caballerías del siglo XVI Belianís de Grecia, de Jerónimo Fernández.