Amaya Ascunce nunca imaginó que recopilar y comentar las frases de su madre en un blog fueran a despertar tanto interés y, mucho menos, a desembocar en un libro, «Cómo no ser una drama mamá«, en el que analiza con mucho humor las «consecuencias» de una vida plagada de «drama consejos».
La había oído cientos de veces, pero aquel día, hace ya tres años, la frase con la que su madre se despidió al teléfono: «y apaga los fuegos antes de salir de casa», no pasó desapercibida como en otras ocasiones sino que planteó a Ascunce un interrogante: ¿eran aquellas sentencias maternales del todo inofensivas?.
«Empecé a reunir esas frases, contextualizándolas y analizando susconsecuencias. Como estoy familiarizada con las webs decidí abrir un blog y colgar mis reflexiones. Al poco tiempo descubrí que había muchas drama mamás a este y, sorprendentemente, también al otro lado del charco», dice a Efe la autora.
Fueron precisamente los lectores del blog quienes la animaron a escribir un libro sobre el tema «porque querían regalárselo a sus madres, poco habituadas a internet», cuenta Ascunce. Y así comenzó esta aventura literaria.
«Una drama mamá es alguien que trata de asustarte para captar tu atención y, eso es comprensible, pero a veces lo hacen sobre temas que no son importantes. Siempre he pensado que a mí me gustaría evitar esas frases», señala.
«Le quitas lo negro al plátano y está buenísimo», es para Ascunce un buen ejemplo de este tipo de sentencias recogidas en el texto, editado por Planeta. «Está bien educar contra el consumismo pero ¿hace falta engañar?», se pregunta.
Sin embargo, la periodista y escritora no se atreve a afirmar que, llegado el día, no será una drama mamá: «Esas frases -dice- se quedan pegadas a ti y acabas por extenderlas, de hecho he recogido en el libro algunas de mi abuela y mis tías, todas drama mamás».
Un drama consejo de su abuela que le causó muchos quebraderos de cabeza fue la intrigante a la vez que contradictoria frase: «Nena, hay que limpiar, que viene la chica».
El paso de los años la ha eximido de escuchar ciertas sentencias como: «Si te tragas un chicle, se te van a pegar las tripas», «Nena, ¿crees que soy la dueña del Banco de España?» o «Eso es que estás creciendo».
Otras, aunque no las escuche ya, se han grabado en su subconsciente con fatales consecuencias como la acidez de estómago que le causa tomarse el zumo de naranja rápido, «para que no se le vayan las vitaminas».
Pero otros «drama consejos» sobreviven al paso del tiempo y gozan de plena vigencia. «No te separes del grupo», «Los interruptores de la luz también se limpian», «No tires eso, que se puede aprovechar», «Algo habrás hecho tú» o los infinitos «Por si acaso…».
Revela que cuando su madre se enteró de que escribía sobre ella casi le mata, «ahora está orgullosa. Incluso ha inventado un nuevo consejo: ‘Si te tienes que hacer rica riéndote de tu madre, pues nada, que así sea'»
Eso sí, precisa Ascunce, los viejos resisten y antes de la entrevista me ha dicho: «Nena, retírate el pelo de la cara y tómate dos tilas».
Madrid, 6 may (EFE)