La escritora Almudena de Arteaga (Madrid, 1967) asegura que la historia española es «un auténtico filón» para una novelista del que queda «mucho por investigar». Prueba de ello es su nueva novela, ‘Capricho‘, en la que conecta dos épocas distintas, el siglo XIX de Goya y ‘La Pepa’ y la crisis actual, para poner de relieve que en ambos casos «se ha pasado de la frivolidad a la soledad».
Así lo ha explicado al autora en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en Valencia de este libro, publicado por Planeta y ganador del Premio Azorín de 2012.
En ‘Capricho’, la trama gira en torno a tres mujeres, musas del pintor Francisco de Goya, que es el centro de la trama pero no el personaje principal, ha recalcado De Arteaga.
Se trata, apunta, de tres mujeres «fascinantes por las cualidades que representan»: la Duquesa de Alba, que encarna la belleza y la seducción; la Duquesa de Osuna, en la que destaca la inteligencia, y la Condesa de Chinchón, símbolo de ingenuidad. Como «anclaje» para construir el relato hay una cuarta mujer –el único personaje ficticio– Michelle, una sombrerera huida de la Revolución Francesa.
Almudena de Arteaga ha señalado que cuando empezó a escribir esta historia la crisis económica aún no había llegado al «declive» de estos momentos y fue, ya hacia el final, cuando se dio cuenta de los «paralelismos» entre pasado y presente. Por ello, a modo de moraleja el libro deja claro que, aunque ahora «no se haya producido ni mucho menos una invasión ni una guerra, hay un problema global que ha hecho que las preferencias de hace diez años hayan pasado al olvido».
La trayectoria de esta escritora está marcada por la búsqueda histórica desde que en 1997 publicó su primera novela, ‘La princesa de Éboli’, cuyo éxito le permitió dejar el ejercicio del derecho –su anterior profesión– para dedicarse en exclusiva a la literatura.
En sus sucesivas obras ha realizado un repaso desde el siglo XIV hasta el XX y próximamente se está planteando la posibilidad de avanzar algo más con una novela ambientada a mediados de la pasada centuria, ha adelantada.
«COMO MARIPOSAS EN EXTINCIÓN»
De todos modos, ha recordado que ‘Capricho’ «todavía está caliente», ya que se ha publicado recientemente. Sobre el hecho de que venga avalado por un galardón como el Azorín, De Arteaga ha comentado que permite que el libro «tenga más apoyo a la hora de estar en las estanterías de las librerías durante más tiempo». En este sentido, ha considerado que, «aunque los libros debería ser atemporales, al final los son como mariposas en extinción».
Finalmente, acerca del futuro de los premios literarios en tiempos de crisis, ha apuntado que las cantidades económicas pueden parecer muy grandes pero hay que tener en cuenta que pagan años de trabajo de un escritor y que una gran parte va a parar a Hacienda. «El premio se comparte con toda España», ha bromeado.
VALENCIA, 24 (EUROPA 0PRESS)