El libro «1001 videojuegos a los que hay que jugar antes de morir» no se conforma con catalogar los juegos imprescindibles, sino que hace un repaso histórico del ocio digital interactivo, desde el «Pong» de 1972 hasta el cinematográfico «Heavy Rain», con margen para nuevas incorporaciones.
El autor de este ambicioso recopilatorio publicado por Grijalbo y que hoy llega a las tiendas es Tony Mott, redactor jefe de la revista «Edge», la publicación de cabecera de los fans de los videojuegos, que lleva veinte años dedicado profesionalmente al ocio digital interactivo y que, en las últimas tres décadas, calcula que ha jugado a 20.000 títulos diferentes.
«Ten en cuenta que los videojuegos son mi profesión además de mi hobby», se justifica este experto en una entrevista con Efe en la que reconoce que algunos de los títulos que aparecen en la lista, «los menos», no habían pasado por sus manos, aunque «desde luego había oído hablar todos ellos» y los probó antes de incluirlos.
Conseguir acceder a juegos que en algunos casos cuentan con casi 40 años «ha sido difícil muchas veces», pero, tras la experiencia, Mott apunta algunos consejos para conseguirlo: aprovechar las consolas compatibles con juegos antiguos, descargarse emuladores y, ante cualquier duda, «consultar alguna de las muchas webs dedicadas a los juegos ‘vintage'».
Casi la mitad del libro está dedicado a juegos publicados en los últimos diez años, algo que Mott explica diciendo que «algunas recomendaciones estarán siempre en la lista de imprescindibles de los videojuegos, pero no hay que tener miedo del progreso (…): estoy muy emocionado con los juegos que aún están por venir».
Sin adelantarse al futuro, Mott apunta que 2011 «ha sido un gran año para la industria» porque ha llegado repleto de candidatos a este listado de videojuegos que no hay que perderse.
«Por mencionar solo tres, destacaría ‘Dark Souls’, ‘The Elder Scrolls V: Skyrim’ y ‘The Legend of Zelda: Skyward Sword’. En muchos aspectos son muy tradicionales, con todos esos elementos de hechicería y espadas, pero, cada uno a su modo, han establecido nuevos estándares para los videojuegos», relata este experto.
Preguntado por Efe sobre qué juego recomendaría a alguien que tuviera tiempo para jugar a uno solo, Mott no lo duda y apunta al «Tetris», porque «es un propuesta de lo más simple pero siempre te entran ganas de seguir jugando. Apareció en Rusia hace veintisiete años y aún hoy se producen nuevas versiones, lo que demuestra lo atemporal de su concepto».
Con prólogo de un grande de los videojuegos, el creador de la saga «Fable», Peter Molyneux, y con espacio para valorar cómo medios como Facebook o los móviles han ampliado los públicos a los que llegan los videojuegos, «1001 Videojuegos a los que hay que jugar antes de morir» incluye acertadas críticas y completos resúmenes de los títulos que compendia, con fotos que ilustran los más representativos.
El poso que deja el libro es eso que tanto se repite y que a veces resulta difícil creer: que existe un videojuego adecuado para cada persona y para cada momento.
Madrid, 16 nov (EFE)