El escritor italiano Antonio Tabucchi, fallecido el pasado marzo, ha estado hoy más presente que nunca en la Feria del Libro de Madrid, dedicada este año a Italia, gracias a un homenaje que ha recordado su figura como creador critico y hombre libre e irónico que amaba la palabra.
Jorge Herralde, editor de Tabucchi en España, el periodista Miguel Angel Aguilar y el traductor de Tabucchi (Pisa, 1943-Lisboa, 1912) Carlos Gumpert han destacado diferentes perfiles de este escritor, cuyo último libro «Viajes y otros viajes«, ya es uno de los más demandados en la feria.
Gumpert, amigo personal del autor de «Sostiene Pereira» durante más de 25 años, ha recordado la curiosidad por la vida que tenía el escritor italiano, y como ejemplo ha avanzado que en los últimos días de vida del escritor, cuando estaba ya en un hospital, aquejado de un cáncer muy avanzado, «afrontaba su propio fin con las palabras».
«Cuando estaba ya con una máscara se la quitaba y dictó a su hijo su último cuento, con mucha serenidad, como siempre había mantenido en la vida. El amaba la vida y las palabra y siempre nos quedarán sus libros, sobre todo en este momento de tinieblas, siempre nos quedará su luz».
Gumpert, que ha comentado que se sentía todavía en duelo por la muerte del escritor, también ha aludido al amor de Tabucci por España y por el Quijote, «aunque luego se le cruzara Lisboa y Pessoa», y ha puesto en valor la capacidad humorística del escritor.
«Un humor negro e irónico que inunda todas sus obras, que en su mayoría comienzan con el recuerdo de una muerte, como en este caso», ha subrayado.
Jorge Herralde, editor de Tabucci desde 1965, ha recordado al Tabucci critico, el mayor azote del exprimer ministro Silvio Berlusconi, hasta que ya no pudo más y dejó Italia para vivir entre París y Portugal. También ha reconocido el sentido del humor del escritor pero «teñido de una inmensa melancolía».
Sus legendarias «espantás» (desaparecer en el último momento de los lugares en donde se le esperaba) también han sido repasadas por Herralde que las ha justificado por la conexión perfecta entre angustia y creación que se daba en él.
Por su parte, Miguel Ángel Aguilar, ha llevado al pabellón de la Feia del libro, lleno completamente, el recuerdo del día en que Tabucchi vino a España para recibir el premio Francisco Cerecedo de periodismo en 2004, de manos del príncipe de Asturias.
Aguilar ha dicho, con humor, que su relación con Tabucci era la de fijo discontinuo, y ha destacado la lucha por la libertad de prensa que encabezó el autor italiano en su lucha contra Berlusconi hecho por el que se le dio el premio.
Madrid, 26 may (Carmen Sigüenza / EFE)