La moda de colgar un candado en un puente o monumento representativo para después tirar la llave como promesa de amor eterno nació gracias al libro para adolescentes del escritor y cineasta italiano, Federico Moccia, ‘Tres metros sobre el cielo‘. En él sus protagonistas colgaban un candado en el puente Milvio de Roma. El éxito internacional de la novela, que fue llevada al cine en Italia y recientemente en España, hizo que el puente romano se convirtiera en un símbolo para las parejas de enamorados convirtiendo en un verdadero problema para las administraciones locales lo que comenzó como una anécdota.
Roma, Florencia, Verona y ahora Venecia. Las parejas de enamorados de todos los rincones de Italia han convertido en un ritual el colocar un candado para demostrar su amor en los principales puentes de las grandes ciudades. Y no sólo en Italia. En París, Lituania, Hungría e incluso en la Gran Muralla China se pueden ver manifestaciones similares. Pero esta vez la ciudad de los canales ha dicho basta y se ha revelado contra una moda que parece no tener fronteras.
En los últimos meses la administración de Venecia ha retirado más de 400 candados presos en los puentes de la Academia y de los Descalzos, uno de los más transitados. Pero lo que la administración local no está dispuesta a tolerar es que los candados inunden también el Puente de Rialto, el más antiguo y uno de los símbolos venecianos por excelencia.
Por este motivo están estudiando la posibilidad de multar a quienes osen ‘ensuciar’ la estética de la ciudad. «Estamos preparados para intervenir. Ya aparecieron algunos candados en el puente de la Academia y los quitamos en seguida y así lo haremos en Rialto, que es un caso aún más grave», ha asegurado al periódico local ‘Nuova Venezia’ Stefania Battaggia, responsable del departamento de decoro urbano de Venecia, que ha apelado al sentido cívico de los ciudadanos.
Venecia no es la primera ciudad que se planta ante la expansión de esta moda. El ex alcalde de Florencia, Leonardo Domenici, consiguió retirar cerca de 5.000 candados del Puente Vecchio e impuso sanciones de hasta 50 euros a quienes colocaran un candado en uno de los monumentos de la ciudad. Aunque los candados a lo largo del puente florentino poco a poco han vuelto a aparecer.
El autor defiende a quienes se inspiran en su novela. «Los candados son un símbolo de amor y un motivo de orgullo. Además, los turistas ahora visitan el puente Milvio, y yo estoy muy orgulloso», ha declarado Moccia al diario ‘La Repubblica’. Mejor eso que «una pintada en la pared», añadía el escritor romano.
Milán, 24 ago. (Soraya Melguizo / elmundo.es)