La relación entre Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, que cultivaron la amistad y una inusual sociedad literaria, despierta pasiones en Argentina, donde casi un cuarto de siglo después de la muerte del creador de «El Aleph» se sigue polemizando sobre lo que éste realmente pensaba de su colega.
Los desencuentros entre María Kodama, viuda de Borges (1899-1996), y los defensores de Bioy Casares (1914-1999) han llegado a tal punto que esta semana un grupo de escritores organizó en Buenos Aires un «acto de desagravio» a la figura y la obra del autor de «La invención de Morel«.
La mecha la encendió Kodama al afirmar en una reciente entrevista con el diario «La Nación», de Buenos Aires, que su marido consideraba «un cobarde» a Bioy Casares.
Incluso Kodama tachó a Bioy Casares de «desecho humano» y de «Salieri de Borges», en alusión al compositor Antonio Salieri, quien gracias al escritor ruso Alexander Pushkin quedó en el imaginario popular como malévolo rival del genio de Mozart.
Además, disparó contra el libro «Borges», que recoge apuntes de Bioy en sus diarios personales y que fue publicado en 2006, un anecdotario que Kodama considera como «una traición» a la amistad con Borges.
Las declaraciones de Kodama corrieron como un reguero de pólvora en el mundillo literario. Indignados, un centenar de escritores hizo este miércoles un acto de desagravio a Bioy y su obra.
«Nuestra pretensión no es atacar a Kodama sino defender a un escritor reconocido por sus pares. Los calificativos que pudiera haberle aplicado Borges no serían tan trascendentes, pero decir que Bioy era un ‘Salieri’ va en desmedro del autor y de su obra», dijo a Efe Nélida Pessagno, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Escritores.
Pessagno consideró que Kodama no «está en el ámbito literario», que «solo tiene el rasgo de haber sido por dos meses la esposa de Borges» y que «se ha apropiado de la memoria de un autor que, en realidad, pertenece al acervo cultural de la humanidad».
El libro póstumo de memorias sobre Borges escrito por Bioy recoge algunas «diferencias y discusiones» entre ambos escritores comentadas en el marco de un «registro íntimo» de una amistad y una vinculación de casi medio siglo, señaló Pessagno.
Bioy y Borges, considerados dos de los mejores escritores argentinos, se conocieron en 1932 y entablaron una intensa amistad, además de escribir juntos varias obras con los seudónimos de Honorio Bustos Domecq y Benito Suárez Lynch entre 1942 y 1977.
«Con Bioy tuvo 56 años de amistad y buena parte de la obra de Borges está hecha por los dos. Hasta lo llamó dos días antes de su muerte, desde Ginebra, para despedirse», dijo en el acto de desagravio el escritor Roberto Alifano.
Secretario de Borges entre 1974 y 1985, Alifano recordó que el creador de «Ficciones» alguna vez le había hablado de Bioy como «un maestro».
«Hubo una relación muy fuerte entre ambos. No sólo una amistad sino también una relación literaria fuerte y coincidencias sobre ciertas concepciones literarias», dijo a Efe Susana Cella, investigadora del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Cella destacó que entre Bioy y Borges hubo una «confluencia en cuento a concepciones literarias, a gustos por la literatura fantástica y por ciertos autores preferidos», pero esto no significó que cada uno no desarrollara «estilos e identidades diferentes».
Según la especialista, más allá de la polémica desatada estos días, esta relación personal y literaria sigue vigente y despierta tanto interés porque tanto Borges como Bioy «han alcanzado la dimensión de un clásico».
«Y un clásico tiene la capacidad de hablar a distintas épocas y generaciones», concluye la investigadora.
Buenos Aires, 26 oct (EFE)