José Ramón Fernández, que este jueves ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dramática por su obra ‘La colmena científica o El café de Negrín‘, asegura que, en estos momentos «vale la pena recuperar ese proyecto de país que fue la Residencia de Estudiantes».
En declaraciones a Europa Press, Fernández que ha recibido «muy contento y feliz» la noticia del galardón mientras viajaba en un autobús, confiesa que le ha alegrado especialmente que el premio se lo hayan dado por esa obra escrita para celebrar los cien años de la Residencia de Estudiantes.
«Lo bueno que tenía fijarnos en ese momento es que muchas cosas que entonces se planteaban todavía hoy son problemas que se han agravado. Madame Curie lo dice en el libro, «la especialización nos lleva a la barbarie». Eso, dicho en el año 30, daba que pensar que podría suceder, pero ahora es así y resulta muy preocupante. Yo me siento analfabeto funcional en cuestiones de ciencia, por ejemplo», confiesa.
Para el autor, «la tolerancia en discutir las ideas de cada uno, la capacidad de superar las diferencias ideológicas por amistad y pensar que discutir no signifique pelear sino enriquecerse» son cuestiones esenciales.
ATENDER A LOS MÁS JÓVENES
José Ramón Fernández opina que el actual momento creativo en el campo de la literatura dramática es «magnífico». «Hay varias generaciones conviviendo, desde gente de 70 años a otros de 25 o 30, aunque el lastre llega por la actual crisis que está haciendo muchísimo daño a las compañías. Vale la pena que se intente atender más a las generaciones que vienen, porque si no quizás decidan pasarse a otro género y podemos perder espléndidos dramaturgos», advierte.
Desde su propia experiencia, Fernández reconoce que «de problemas» puede «hablar poco». «A mí me ha ido muy bien. La literatura dramática implica inevitablemente al otro, el trabajo con equipos y he tenido la suerte de encontrarme con directores de escena que han confiado en mí y con equipos de actores que me han ayudado mucho a crecer. Otros autores no han tenido esa suerte», asegura.
En su opinión, cuando existen buenas ideas en gestión, «el plagio no sólo es conveniente sino necesario» y destaca proyectos como el T6 del Teatro Nacional de Cataluña para jóvenes dramaturgos que califica de «muy inteligente».
«A veces no es tanto el problema de las ayudas desde lo público como una imbricación con compañías y directores. Que estos se animen a trabajar con jóvenes dramaturgos que escriben con una libertad que les ayuda a crear unos textos prodigiosos», señala.
CAMBIO «PREOCUPANTE»
Preguntado por las implicaciones para la cultura y el arte escénico en particular de un posible cambio de Gobierno, Fernández no oculta que lo ve «con preocupación». «Hay cuestiones en las que independientemente de que se haga con la mejor fe del mundo, y no niego la buena fe con la que el PP plantee las cosas, creo que hay determinadas cuestiones que, de cara a la creación, pueden ser negativas».
El autor señala que su mirada es «así de pesimista» por lo que conoce. «En los últimos años sí se ha puesto en valor una generación desde la cultura pública. Veremos si la próxima generación no tiene ciertos problemas para darse a conocer. Pero no se puede adelantar nada. Esto depende de programas y también de las personas que estén al cargo en las instituciones», apunta.
José Ramón Fernández tiene entre manos varios proyectos que marcan el tipo de teatro que le gusta hacer. Así, está trabajando en una obra suya que se llamará ‘Mi piedra Rosetta’ en la que colabora con el joven director David Ojeda. Además prepara una dramaturgia sobre el Quijote que se llevará al Festival de Almagro y que protagonizará Pepe Sacristán. Y luego, con motivo del Tricentenario de la Biblioteca Nacional de España, se estrenará otra obra suya que lleva por título ‘El libro infinito’ y que podrá verse a partir de enero.
MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS)