Desconocida para una gran mayoría, la figura del escritor y filólogo leonés Ramón Carnicer (1912-2007) emergerá este 2012 con reediciones, homenajes y otros actos con motivo del centenario de su nacimiento.
Ajeno a los fastos y fulgores de calado literario -ya en 1962 decidió no concurrir a ningún premio-, Carnicer transitó por una ruta propia y original, libre e independiente, que tocó la novela y el cuento dentro de la ficción; la filología en lo que al ensayo se refiere; y la crónica viajera, donde cuajó títulos memorables como su célebre «Gracia y desgracias de Castilla la Vieja» (1976).
«Será una buena ocasión para situar de nuevo la figura y la obra de mi padre, para darla a conocer en algunos casos, que algunos escritores que le conocieron y trataron como Andrés Trapiello, Julio Llamazares y César Gavela tienen en una alta consideración y consideran muy importante», ha explicado hoy a Efe Alonso Carnicer, hijo del autor nacido en Villafranca del Bierzo (León) en 1912.
La Universidad de León, el Instituto Leonés de Cultura y el Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo son algunas de las entidades e instituciones que han previsto en 2012 la celebración de actividades conmemorativas para reivindicar la imagen de un autor que, a pesar de haber vivido 95 años, no mereció el Premio Castilla y León de las Letras que anualmente convoca el Ejecutivo autonómico.
Ni tampoco su inclusión en el Catálogo de Escritores de Castilla y León, presentado por el Gobierno regional en diciembre de 2006 con la referencia de 62 literatos vinculados al territorio autonómico y donde no aparece quien entonces, un año antes de fallecimiento en Barcelona -donde residió desde 1939-, era el patriarca o decano de las letras regionales.
«Fue una persona de gran generosidad y curiosidad. Le fascinaba todo lo humano, primaba la vida con los demás y la ironía no hiriente fue una constante en muchos de sus libros», ha recordado Alonso Carnicer en una conversación telefónica desde Barcelona, donde trabaja como periodista en TV3.
Ese humanismo, hasta situarle como un referente ético para quienes le conocieron, se aprecia en las originales crónicas o libros de viajes que publicó, fruto de sus andanzas, como «Gracia y desgracias de Castilla la Vieja (1976), «Las Américas peninsulares. Viaje por Extremadura» (1986) y «Viaje a los enclaves españoles» (1995) cuyas fotografías firmó su hijo.
En muchos aspectos como la ecología o el medio ambiente, hoy en boga, fue un adelantado, incluso su preocupación por algunas de las zonas más deprimidas del país que derivó, en 1964, en su primer libro viajero, «Donde Las Hurdes se llaman Cabrera», cuyos escenarios visitó Alonso Carnicer el año pasado para filmar, junto a Sara Grimal, un documental que desea estrenar este mismo año.
Funcionario de Correos desde 1934 y Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Barcelona (1943), Ramón Carnicer compaginó la docencia con la actividad literaria, donde se estrenó con «Cuentos de ayer y hoy» (1961), Premio Leopoldo Alas, al que seguirían títulos como «Los árboles de oro» (1962), «Todas las noches amanece» (1979) y «Las jaulas» (1990).
El lenguaje, el habla de determinadas zonas y la ortografía fueron objeto de varios ensayos dentro de una vida que el propio Ramón Carnicer condensó en sus dos libros de memorias «Friso menor» 81983) y «Codicilo» (1992).
Valladolid, 3 ene (Roberto Jiménez / EFE)
La fotografía incluida en esta reseña es de otro Ramón Carnicer, compositor del siglo XIX. Pueden ver la foto del escritor Ramón Carnicer en el artículo original:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/03/leon/1325587025.html
Muchas gracias, lo modificamos urgente