El escritor Alfredo Bryce Echenique celebró la «gran vitalidad» de las letras peruanas al ser galardonado hoy con el Premio Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) en Lenguas Romances 2012.
«Los grandes maestros están ahí: un Mario Vargas Llosa, por un lado, y por otro, los grandes maestros que no tuvieron mucha suerte pero que yo considero particularmente mi maestro (…) fue Julio Ramón Ribeyro, que justamente ganó este mismo premio», dijo en un enlace telefónico tras anunciarse el galardón.
Distinguido por ser un «gran cronista de la vida», autor de una prosa «plena de buen humor, sentido satírico y un estupendo registro de la oralidad» por el jurado, que falló de manera unánime a su favor, Bryce Echenique (Lima, 1939) dijo que las letras de su país gozaban de un «estupendo momento» con autores como Alonso Cueto, Fernando Ampuero, y Daniel Alarcón.
Al referirse a sí mismo dijo que se consideraba «un solitario que vive en excelente compañía y un pesimista que quiere que todo se haga bien», cuya obra se caracterizaba por estar «marcada por la vida», y agradeció un premio «de por vida», de esos que le gustan porque abarcan «toda la obra de uno».
«Cuando yo escribí ‘Un mundo para Julius’ (1970), que ya vivía en Europa, yo creo que es fue una novela de adiós al mundo que yo había vivido, ese mundo que se pensaba que jamás iba a degenerar ni a decaer ni a desaparecer incluso», recordó.
Dijo que ese libro, uno de los que más entusiasmó a sus lectores, es «un reflejo de algo que ya no existe, de algo que fue», tras el cual surgieron otros como «La vida exagerada de Martín Romaña», «Reo de nocturnidad», o «La amigdalitis de Tarzán», que surgieron más que nada de una «curiosidad artística».
Perteneciente a aquella generación de escritores latinoamericanos que pasaron algunos años en Europa, en su caso en Francia, Italia, Alemania y España, se alejó en tu obra de otros autores que «se quedaban en América Latina muy encerrados en el territorio del cual habían salido y no se fijaban en el que habían llegado», como de dijo alguna vez Julio Cortázar.
«Su generosidad no abarcaba ese territorio nuevo: París, Roma, en fin, cualquier ciudad europea en la que uno viviera. Y él sí lo había hecho y pues yo lo hice también», en novelas como «No me esperen en abril» (1995), recordó.
También autor de crónicas periodísticas reunidas en varios volúmenes a lo largo de los últimos años, dijo que sus artículos son glosas «que hablan del desorden y de la variedad de la vida».
Bryce Echenique respondió las preguntas incómodas que se le hicieron sobre los juicios por presunto plagio que enfrenta en Perú y dijo que «en absoluto» se refiere a su obra y que era un caso «irregular» que ha ido ganando todos estos años.
«Yo tengo derecho a creer que este juicio (…) es pues una trama de una persona para ocultar sus propios plagios. Es lo que yo me temo y es lo que todo indica por ahora», apuntó.
Bryce tampoco eludió algunas preguntas políticas referidas al ámbito latinoamericano: «Estamos asistiendo tal vez, y yo así lo deseo, a la caída de presidentes tipo (el venezolano Hugo) Chávez», afirmó.
«Ojalá por una vez las elecciones le sean desfavorables», dijo acerca de los comicios previstos en Venezuela.
En el caso de México, un país donde atesora grandes amigos, espera que los cambios políticos en ciernes sean «para mejor».
«Es un país difícil, sendero de narcotráfico, con grandes guerras y muertos, y heridos, algo que se contradice con mi visión afectuosa y agradecida al país. Siempre me ha dado lo mejor al nivel de la amistad, que yo valoro más que ningún otro», sostuvo.
En relación con su propio país fue muy crítico: «Estamos asistiendo a un caso muy complicado porque es un país en que el Gobierno no gobierna, es decir, brilla por su ausencia».
«Tiene problemas casi minúsculos que llegan a crear una enorme complicación, como es la no inversión extranjera, el caso de Cajamarca, donde un ‘presidente regional’ se impone, hasta ahora por lo menos, y esperemos que no hasta el final, a la falta de decisión del presidente del país (Ollanta Humala)», agregó.
Durante el anuncio del premio, el presidente de la FIL, Raúl Padilla, dijo que el premio anunciado hoy, que se otorga desde 1991 y en el pasado fue conocido como Premio Juan Rulfo, es «el más importante de los que se entregan en el ámbito de las lenguas romances al conjunto de una obra de creación en cualquier género literario».
Guadalajara (México), 3 sep (EFE)