Es un lujo tener todas las historias adaptadas de Edgar Allan Poe por Richard Corben en un único volumen, convenientemente enmarcadas por un iluminativo prólogo de M. Thomas Inge.
Cada una de las historias incluidas tienen como punto de partida alguna de las obras de Poe, tanto sus relatos, como alguno de sus poemas. La adaptación ¬es bastante libre y personal —como era de esperar sabiendo que se acude incluso a sus poemas, a los cuales hay que dotar de trasfondo narrativo—, y en ningún momento Corben renuncia a su imaginario personal, como maestro del terror que es. Es la gran baza de estas historias, aunque al mismo tiempo puede provocar que algunos de los que se acerquen únicamente por el membrete de Poe terminen decepcionados: Corben es inconfundible, y moldea y retuerce a Poe, logrando un resultado formidable, pero que es tan suyo como del autor de La caída de la casa Usher. Eso sí, el expresionismo de la narrativa de Corben es tremendamente eficaz, permitiendo una inmersión al lector en la historia que pocas veces se ha visto, y no será raro que un escalofrío recorra su espinazo. No hay mejor homenaje a Poe que ese, devolviendo a la vida —a su capacidad de estremecer— a su obra. (Carlos Cruz, 19 de octubre de 2015)