La producción literaria de los hispanohebreos medievales constituye una de las aportaciones más ricas y significativas de la cultura judía de todos los tiempos, pues los judíos españoles consiguieron de un modo admirable asimilar la floreciente cultura árabe de la época y combinarla con su propia y remota tradición, dando lugar a escritos propios y peculiares en los que lo árabe y lo hebreo se funden como metales preciosos en el crisol.