Me pareció más que nada un pecado de juventud, el relato de un autor todavía sin hacer lleno de un lirismo pretencioso, más típico del siglo XIX, y de unos diálogos en los que el joven escritor descargó sus ideas sobre arte, belleza y tal y tal, todo ello redactado en un tono algo tremendista que terminó por enfriar la lectura hasta alcanzar el aburrimiento
hace 6 años
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