En una corte en la que conviven el refinamiento y la crueldad, el amor y la traición, el joven Alejandro Magno se muestra ya a muy temprana edad como un niño singular, con una perspicacia poco común y un talento innato tanto para comprender las tácticas bélicas como para moverse con soltura entre las intrigas palaciegas. Sus amistades, los equilibrios de poder entre los que se mueve, su afán de conocimiento y sus relaciones sentimentales son algunos de los aspectos de Alejandro en lo que con la profundidad y brillantez que la caracterizan, se centra Mary Renault en esta primera entrega del monumental fresco que dedicó a Alejandro Magno.