Esta es la novela que obtuvo el Premio Lazarillo 1992. Rindiendo fiel homenaje al misterio, la intriga y la aventura, el autor nos ofrece una historia sorprendente al contarnos cómo un ser, que no puede considerarse humano, ya que debe su vida a extraños y prohibidos conjuros, halla finalmente su destino. Y todo ello gracias a la ayuda de Jezabel, una joven e intrépida princesa de un imaginario reino de Oriente, que a la postre se convertirá en administradora de su vida.