No es que Rasmus fuese más perezoso que los demás niños de nueve años. Lo que pasa es que, como era natural en un niño de su edad, odiaba todo lo que le impidiera subirse a los árboles, bañarse en el arroyo o formar con los demas niños bandas de ladrones para quedarse al acecho detrás del almacén cu...
Sar y Sarela son dos gatos que deben sus nombres a los ríos que cruzan Santiago. Su aventura transcurre por el centro histórico, donde descubren unos seres de piedra de aspecto terrible, las gárgolas, que les sorprenden en los tejados de los edificios con más solera. Las ilustraciones, llenas de col...