Tan importante es el destino como el propio viaje. Un emocionante recorrido a lomos de un medio de locomoción tan frágil como una motocicleta con la que conquistar diez mil kilómetros de asfalto y caminos de tierra. Miquel Silvestre atraviesa los Pirineos, los Alpes, la costa Dálmata y los Balcanes...