El Schopenhauer que narra esta historia no es el taciturno filósofo alemán, sino un extraño perro, bautizado de modo tan estrafalario por su aún más estrafalario amo, quien está encarcelado a la espera de sentencia como autor de un homicidio múltiple. ¿Fueron el odio y la envidia de la felicidad aje...