«Oh, sí, mis buenas gentes, sí, ya lo creo que sí. Se puede vivir en el sur. Y morir también. Y se puede nacer, y crecer y aprender y matar y sufrir en el sur. ¿Ustedes conocen el sur? ¿Han entrado a ese país vedado y tentador? ¿Han ido al paraíso de los monstruos, al antro de los asesinos, al reino...