«... ahora se daba cuenta de todo lo que valía Dorothy. En el fondo de sí mismo, creía conservar su poder sobre ella, y poder recobrarla si al fin se lo proponía. Y no podía creer que sus sentimientos fueran incomunicables. Tenía tal expresión de bondad en aquella foto... Su boca repetía lo que decí...
Mientras me desvestía, vi que Antoine clavaba su mirada en mi espalda. Me codiciaba todavía, siempre, y desconfiaba de mí. Con su mirada, yo también me miraba: era bella y mentirosa. Yo no me miraba la cara, me miraba el cuerpo. Tenía un cuerpo hermoso, aún lo tengo. Pocas mujeres tienen los senos b...