¿Recuerdas la playa revestida de cristales amargos sobre los que no podíamos caminar descalzos? ¿El modo en que mirabas el mar y decías que me escuchabas? ¿Recuerdas las gaviotas histéricas girando en el tañido de campanas de iglesias invisiblesY los peces como santos patrones, el modo en que corrie...