Novela que no va más allá de un entretenimiento poco exigente, ya que falla en varios aspectos: el primero, y más importante, en la construcción de personajes, ya que aparecen retratados de una forma bastante superficial, y con unas motivaciones y actitudes que resultan, en ocasiones, desconcertantes, y que exigirían un mayor desarrollo en su personalidad; de hecho, el protagonista resulta un tanto distante para el lector, y, a pesar de los esfuerzos para presentarlo como un personaje atractivo y fascinante, lo cierto es que su conducta no parece corresponderse con la imagen que se pretende dar de él (como, por ejemplo, su falta de compromiso emocional con su familia, amigos y mujeres). En cuanto a los personajes femeninos, su función parece limitarse a su papel como amantes de los hombres, además de ofrecer un juicio moral subliminal en el caso de Teresa.
Otro aspecto que también afecta a los personajes, y que constituye un defecto de la novela, es que hablan y se comportan como personajes actuales (incluyendo un tratamiento de usted que resulta extraño en el siglo XV), con lo que la ambientación histórica se resiente bastante, ya que no va más allá de unos pocos datos contextuales de la época, pero no se profundiza en aspectos que podrían ser muy enriquecedores para la novela y que contribuirían a creerse mejor la historia que cuenta.
Además de esta falta de verosimilitud, el libro se aparta del que en teoría era su argumento, la compleja construcción del puerto de Barcelona, para contarnos una historia mucho más convencional de la búsqueda de unos mapas perdidos (que, en definitiva, tampoco desvelan cuál es su utilidad), contada con bastante precipitación y que conduce a un final un tanto brusco, así como otras subtramas que se plantean, también resueltas (y narradas) de forma un tanto apresurada y poco satisfactoria.
(Montserrat Yáñez)