En formato de novela gráfica, la autora recrea principalmente la época que el pintor Vincent van Gogh pasó en la Provenza, al sur de Francia. Con un estilo sencillo y muy colorido, plasma la pasión y genialidad del artista, sus preocupaciones monetarias, la buena relación que mantenía con su hermano Theo y las numerosas cartas que intercambiaron, su evolución pictórica, así como su enfermedad mental que le obligó a ingresar en una institución psiquiátrica.
Me parece, además de una lectura amena, un acercamiento interesante a la biografía y obra del pintor holandés. Muy recomendable.