Niégate a sufrir por amor, declárate en huelga afectiva, haz las paces con la soledad y atempera la necesidad de amar por encima de todo y a cualquier precio. Rescata el amor propio, tu primer gran amor a partir del cual se generan los otros.
No es una gran obra literaria ni nada parecido, pero, te abre los ojos con la cruda, aunque indispensable, realidad.