Paige Clearington siempre ha tenido claro que de mayor seguiría los pasos de su padre y se convertiría en doctora, a pesar de vivir en una época en la que la presencia de una mujer en una Universidad incomoda a la mayoría de hombres. Además, la joven sueña con ayudar a los más desfavorecidos y su intención es abrir un centro en el que la gente con pocos recursos económicos también puedan ser atendidos por un médico. Sus planes se retrasan cuando el joven Matthew, el hijo del duque de Breighton, enferma gravemente y Paige se ve obligada a trasladarse a su mansión para atenderle las veinticuatro horas del día. Con el paso del tiempo, la situación en el hogar del duque cada vez se hace más insostenible: la salud del pequeño empeora día a día y por otro lado, Maximilliam Hensworth, su Excelencia, resulta a ojos de la doctora un hombre insufrible e imposible de tratar. Eso sí, a cabezona no la gana nadie y si Page tiene que recurrir a métodos poco ortodoxos para curar al joven Matthew, está dispuesta a ello, aunque sea contraviniendo las órdenes del duque. No puedo ponerle ni una sola pega a esta lectura, porque me ha gustado absolutamente todo: sus protagonistas, la trama, la ambientación, la forma en que está narrada, los problemas que se tratan en ella... La historia de amor se desarrolla poco a poco, siendo posible para el lector entender los motivos que tienen los protagonistas para no dejarse llevar por lo que les dicta el corazón. El duque de Breighton es quizás el personaje que sufre una transformación más profunda, y de nuevo el trabajo de la autora para mostrarnos ese cambio tan radical en su forma de pensar y de actuar, es impecable. La diferencia entre clases sociales y la desigualdad de género son dos problemas que tienen mucha importancia en esta historia y creo que ambas se empastan en perfecta armonía con la historia de amor, haciendo de ella una novela muy tierna, que ha sabido arrancarme alguna lágrima al sentir la impotencia de Paige para defender sus ideales, pero que también me ha hecho sonreír con los rifirrafes entra ella y el duque. Sin lugar a dudas, «Una cura para el alma» se va de cabeza a la lista de mis mejores lecturas de este año y de todo corazón, creo que todos los amantes de este subgénero deberían darle una oportunidad a esta bellísima historia de amor ambientada en la época victoriana.
hace 1 año