Se trata de una novela epistolar que consta de doce cartas de amor ficticias, datadas entre octubre de 1921 y julio de 1922, en las que la pintora rusa Angelina Beloff escribe a su marido Diego Rivera, que ha viajado a su país natal, México, a trabajar, a la espera de que su precaria situación económica le permita a ella también desplazarse. Tras diez años de vida en común, Quiela –como firma las cartas- recuerda los años y experiencias que han vivido juntos.
Impresionante narración en la que la esposa –dependiente y sumisa- muestra su pasión por Diego –el marido idealizado-, por el que se diría que ha sido “moldeada”, y desesperada poco a poco toma conciencia de que ha sido abandonada por él. Son unas cartas intensas y emotivas, impregnadas de un espíritu dolido y roto, que muestran no solo el sufrimiento, las dificultades y la angustia que vive Quiela, sino también su pasión creadora como artista.
Poniatowska rescata del olvido a la primera mujer del pintor mexicano Diego de Rivera, del que transmite brevemente la imagen de un artista apasionado por su arte, pero de personalidad arrolladora, inconstante y difícil de llevar.
Es el primer libro que leo de la autora y me ha gustado mucho -tanto el tema elegido como su escritura-, en mi opinión es excelente. Seguiré leyéndola.