Un pueblo noruego al norte del círculo polar. Aquí, en los confines del mundo, vive Kathrine, empleada en la aduana. Tiene veintiocho años y un hijo de su primer matrimonio. Día tras día controla los barcos de pesca que llegan al puerto. Sólo se rompe esta oscura monotonía en los días de abril, cuando por fin el sol esparce de nuevo su luz difusa sobre el vasto paisaje nevado.