El agente literario de Hanif Kureishi le entrega un día el manuscrito de una novela que había permanecido once años en sus archivos y que su autor jamás había conseguido publicar. Se la había llevado el padre de Kureishi poco tiempo antes de morir. Shannoo Kureishi se había pasado la vida escribiendo, día tras día, sin conseguir publicar jamás. Hanif decide que va a leer Una adolescencia india, la novela autobiográfica de Shanoo Kureishi, para saber quién era su padre y saber también quién es él. Este libro, que comienza como un ensayo, se abre en una espléndida narrativa que le permite al autor rastrear y reconstruir la novela familiar. Así como desvelar el nudo de deseos entre él y su padre, quien finalmente encontrará un lugar en la literatura como personaje del libro que escribe su hijo.