En el Londres de 1812, tras la muerte inesperada de sus padres, la joven Meg y sus cuatro hermanos pequeños se encuentran en la más absoluta miseria y amenazados por un casero sin escrúpulos. En otra parte de la ciudad, el conde de Saxonhurst debe cumplir la palabra dada a su abuela, la duquesa de Daingerfield. La magia pagana de una antigua figura de piedra actuará como vínculo entre todos ellos, con la participación de criados cómplices, el loro Knox y Brak, un podenco feo y desgarbado, en una sucesión vertiginosa de ágiles diálogos impregnados de ingenio, sensualidad y un desbordante sentido del humor.