Las excavaciones en busca del cadáver de Federico García Lorca comenzaron el 28 de octubre de 2009 en Alfacar (Granada). Quedan aún sin resolver muchos datos claves relativos a las circunstancias que rodearon su asesinato el 18 de agosto de 1936. ¿Quiénes participaron en la trama? ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué buscaban? ¿Qué fue de todos ellos?...Preguntas que durante décadas ordenó investigar Franco y nunca obtuvo respuestas concluyentes. Este libro intenta darlas. El texto se presenta de la mano del “brazo ejecutor” que puso en marcha la maquinaria que acabó con García Lorca ante el pelotón de fusilamiento. Se llamaba Ramón Ruiz Alonso; fue un enviado de Gil Robles a Granada para montar su partido político y su órgano de propaganda, el periódico Ideal. Lo que en un principio se pensó como escarmiento contra Lorca, para que confesara el paradero de Fernando de los Ríos, acabó en un execrable crimen por las discrepancias surgidas entre los dos bandos sublevados que pugnaban por el poder en Granada: cedistas y falangistas. A partir de la “confesión” concedida en exclusiva antes de morir por Emma Penella, hija de Ramón Ruiz Alonso, y de viejos trabajadores de Ideal, el autor recrea los últimos momentos de la vida de Federico García Lorca.