Lesky nace en un punto impreciso de Europa Central. Es un perro labrador recién nacido. Le entregan a un centro de tratamiento de animales no demasiado escrupuloso con el cumplimiento de la legislación. Allí se inicia su nueva vida que va cambiando sucesivamente de escenario, hasta acabar, al final de sus días, como Capitán. A lo largo de su existencia sufre una gran metamorfosis. En ocasiones su vida transcurre de forma apacible, mientras que otras veces tiene que luchar, literalmente a cara de perro, para no sucumbir en un medio hostil. Estos cambios tan bruscos desconciertan a nuestro protagonista, que es un superviviente nato, pues no siguen una lógica que él sea capaz de comprender. Lesky versus Capitán pretende poner el foco en la explotación animal: la cría abusiva de perros, su traslado en malas condiciones, su llegada al país ilegalmente, su abandono cuando el dueño se cansa de su mascota, y el uso de estos animales en peleas clandestinas.